"Vergüenza", gritaron otros opositores cuando la policía trasladaba a los activistas a furgones aparcados en las inmediaciones.
Cientos de opositores acudieron esta tarde a Chistie Prudí, donde el 5
de diciembre de 2011 miles de personas se congregaron para denunciar el
pucherazo electoral del partido del Kremlin, Rusia Unida.
"El
principal logro es conseguir que las acciones de protesta fueran
pacíficas", dijo Borís Nemtsov, ex viceprimer ministro ruso, a las
agencias locales.
"Hay mucha gente honesta que tienen un gran
sentido de la dignidad y que no pueden soportar más lo que está
ocurriendo", añadió.
El político liberal opinó que la "la
principal tarea" de la oposición es organizar una exitosa "marcha de
millones" el próximo 15 de diciembre y "presentar un proyecto de
reformas políticas para cambiar el régimen policial".
A juicio
de Nemtsov, un logro de la oposición fue conseguir que el Gobierno se
asustara y mostrara "su rostro verdadero al adoptar leyes represoras
sobre los mítines políticos y las organizaciones no gubernamentales".
Los comunistas, el segundo partido con más representación en la Duma o
cámara de diputados, estudia presentar ante el Tribunal Supremo un
recurso de anulación de los resultados electorales.
"Casi
hemos terminado de preparar todos los documentos para su presentación
ante los tribunales. Antes de finales de esta semana nos decidiremos",
afirmó el diputado Vadim Soloviov, jefe de los servicios jurídicos
comunistas.
Las elecciones legislativas de hace un año fueron
tachadas de fraudulentas en mayor o menor medida por todas las
formaciones políticas, con la salvedad de la ganadora, Rusia Unida, que
según los resultados oficiales obtuvo el 49,3 % de los votos.
Tras esos comicios, el 5 de diciembre decenas de miles de personas
salieron a las calles de Moscú para exigir elecciones limpias, en las
mayores manifestaciones vistas en la capital rusa desde la caída de la
Unión Soviética.
Al principio, las protestas dieron sus
frutos, ya que el Kremlin introdujo reformas políticas, como la
simplificación del registro de partidos políticos y el restablecimiento
de la elección directa de gobernadores.
No obstante, desde su
victoria en las elecciones presidenciales de marzo Putin ha aprobado una
serie de leyes que, según la oposición, restringen el derecho a la
manifestación y la libertad en internet, tipifican la calumnia como
delito penal y amplían el concepto de traición a la patria.
Además, se han abiertos procesos penales contra los dirigentes más
radicales de la oposición extraparlamentaria por supuestamente
planificar disturbios masivos al estilo de la Revolución Naranja
ucraniana en connivencia con organizaciones extranjeras.
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