Según el comunicado, la persona que suscribió
el acuerdo con el Gobierno ucraniano, llamado Jordi Sarda Bonvehi,
"actuó según su propia discreción" y en ningún caso representaba
legalmente a la compañía española.
La nota oficial de la AEIPN
señala que el acuerdo suscrito por el Gobierno ucraniano y el falso
representante de Gas Natural, el pasado 26 de noviembre, hacía
referencia a la construcción de una terminal flotante de gas licuado en
el mar Negro, que, obviamente, carece de cualquier obligación legal o
financiera.
La AEIPN resaltó la actitud constructiva mostrada
por la gasista española, que anunció ayer que podría tomar acciones
legales contra Sarda por hacerse pasar por su representante legal en
Ucrania.
Finalmente, la agencia estatal ucraniana destaca "el
consenso" alcanzado entre ambas partes y propone al presidente de Gas
Natural Fenosa, Salvador Gabarró, celebrar una reunión para abordar las
perspectivas de cooperación en el país.
El pasado lunes,
medios ucranianos informaron sobre la firma de un acuerdo entre las
autoridades ucranianas y Gas Natural Fenosa para participar en la
construcción de una terminal de GNL.
Esta información sobre un
proyecto en el que también participaría la compañía estadounidense
Excelerate Energy fue desmentida pocas horas después por la empresa
española.
Gas Natural Fenosa reiteró esta semana que no ha
firmado ningún contrato para invertir en ese proyecto, ni tiene "nada en
estudio" sobre el asunto, ni ha enviado a representante alguno a
Ucrania para trabajar en el proyecto.
El escándalo, según
medios ucranianos, podría costarle el cargo al jefe de la agencia
estatal, Vladislav Kaskiv, quien aseguró que está dispuesto a dimitir si
eso facilita la realización del proyecto energético, aunque negó que se
trate de un escándalo internacional y aseguró que era un simple
problema técnico.
El partido opositor de la encarcelada ex
primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko ha exigido dimisiones y la
apertura de una investigación parlamentaria, ya que aducen que Ucrania
podría perder miles de millones de dólares por esta situación.
"El desconocido español", como la prensa ucraniana identifica a Jordi
Sarda, firmó el supuesto contrato ante las cámaras de la televisión
ucraniana, acto oficial que fue presidido por el propio primer ministro
ucraniano, Nikolái Azárov.
Según medios locales, el propio
Sarda, un agente comercial, según las autoridades, reconoció
posteriormente que no tenía facultades para firmar el documento oficial.
"Pensé que podía firmar y después acordarlo con la compañía", apuntó Sarda.
La prensa ucraniana cree que el escándalo se debe a las ansias de las
autoridades ucranianas de poner en marcha cuanto antes un proyecto que
permita reducir notablemente su dependencia energética de la vecina
Rusia.
"Ucrania ha dado el primer paso para convertirse en un
actor autosuficiente en el mercado gasístico", dijo Azárov en la
ceremonia.
Ucrania desea construir en su territorio una
terminal de gas natural licuado con una capacidad de hasta 10.000
millones de metros cúbicos anuales.
La terminal, que en un 25
por ciento será de propiedad estatal y en un 75 por ciento privada,
tendrá un coste aproximado de 856 millones de euros y debería entrar en
funcionamiento en 2016
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