En diciembre se cumplirá un año del inicio de las manifestaciones contra el gobierno. Repasamos cuáles han sido los logros y los retos a los que se enfrenta la oposición. Fuente: Reuters / Vostock-Photo
Hace un año, el proceso y los resultados de las elecciones parlamentarias sacaron a las calles de las ciudades rusas a ciudadanos descontentos, que exigían la impugnación de las votaciones. La primera concentración tuvo lugar en Moscú al día siguiente de la votación celebrada el 5 de diciembre de 2011.
A lo largo de este año, se llevaron a cabo manifestaciones en muchas ciudades del país, así como del extranjero. De hecho, continuaron tras las elecciones presidenciales en marzo de 2012.
En la capital rusa, las acciones se llamaron 'Marcha de los millones', aunque no fueron 'millones' quienes salieron a la calle. Los organizadores siempre han hablado de decenas e incluso cientos de miles de personas, pero los órganos policiales aportaron cifras inferiores.
Después de las elecciones parlamentarias de diciembre, los manifestantes exigían repetir las elecciones, la dimisión del jefe de la Comisión Electoral Central, Vladímir Churov, la liberación de presos políticos y la legalización de los partidos de la oposición.
Las autoridades respondieron a las protestas. Después de numerosas denuncias de violaciones en el proceso electoral, Vladímir Putin pidió dotar los colegios electorales de cámaras web.
Como resultado, en un tiempo récord, la gran mayoría de los colegios electorales fueron equipados con cámaras de vídeo-vigilancia. Las elecciones se retransmitieron en directo a través de un sitio web especial en Internet.
Sin embargo, el día de las elecciones, la Comisión Electoral Central denunció más violaciones relacionadas con la propia instalación de las cámaras web, parte de las cuales miraban hacia el lado opuesto a las urnas. En cuanto a las denuncias de irregularidades contra el libre ejercicio del voto y el recuento de papeletas, la CEC declaró que no habrían influido en los resultados.
Los observadores, tanto nacionales como internacionales, han reconocido que las elecciones presidenciales fueron más 'limpias' que las parlamentarias, y lo relacionan directamente con la retransmisión en vivo de las mismas.
Ciertos cambios
La Duma estatal aprobó una ley para la reducción de los requisitos que los partidos políticos tenían que cumplir para registrarse. Como resultado, en las elecciones regionales de octubre de 2012 se presentaron 19 nuevos partidos.
Dos de ellos, 'Comunistas de Rusia' y PARNAS (coalición opositora al Kremlin), obtuvieron los votos necesarios para entrar en los gobiernos de las ciudades de Karachaevsk y Barnaul.
En otoño de 2012, después de ocho años, Rusia ha vuelto a la elección directa de sus gobernadores, aunque introduciendo filtros adicionales para los candidatos.
En cuanto al movimiento de protesta. Está compuesto por representantes de todo el espectro político y durante el año pasado chocó con la necesidad de una reestructuración. En octubre de este año, se llevaron a cabo elecciones en el Consejo Coordinador de la Oposición (CCO), a las que se presentaron 45 candidatos. El ganador de las votaciones fue el conocido bloguero y luchador anticorrupción Alexéi Navalni.
El 15 de diciembre, fecha de conmemoración del aniversario de las acciones de protesta, tendrá lugar la primera concentración organizada por el CCO. Los manifestantes saldrán a la calle con los mismos requisitos, incluida la convocatoria de nuevas elecciones y la liberación de los presos políticos.
Los representantes del partido gubernamental, Rusia Unida, que ganó las elecciones parlamentarias, están convencidos de que el año pasado la oposición fracasó en sus manifestaciones.
"Se han presentado como una nueva alternativa. Pero perdieron la oportunidad y el tiempo va en su contra", argumenta la Secretaria General adjunta del Consejo de Rusia Unida, Olga Batalin.
El jefe de los analistas del Centro de asuntos políticos, Alexséi Chesnakov, también considera que los 'belolentochniki" (Bélaya lenta significa 'cinta blanca' y es el símbolo de los que protestan), cometieron un montón de errores. Ni siquiera la creación del CCO, según el analista, tendrá éxito.
"Los organizadores completaron una tarea básica: la organización y especialización de los recursos del CCO, alejándose mucho del diseño del sujeto. Pero, en la situación actual, las tácticas centradas en la estructura pueden llevarles a una derrota", explica el analista político.
El experto está convencido de que los participantes en la protesta "no van a tomar el poder en un futuro próximo". “Sólo a finales del año que viene, quedará claro si el movimiento de protesta general es capaz de competir con el gobierno”, opina Chesnakov.
“Están solo al principio del camino. El CCO consiguió combinar los diferentes 'colores' que aglutina la oposición, pero eso sólo no le sirve a un artista para pintar un cuadro”, dijo el experto.
La encrucijada de la oposición
El director del Instituto de Politología, Viacheslav Smirnov, llama la atención sobre los logros de la oposición. Entre los principales resultados del año de protestas, menciona el surgimiento de nuevos líderes. Entre ellos, además del propio Navalni, el coordinador del 'Frente de Izquierdas', Serguéi Udaltsov.
Sin embargo, de acuerdo con este especialista, el año de protestas ha demostrado que "la población es apolítica y no les gusta tanto el poder, como a los políticos de la oposición". En este sentido, Smirnov predice un estancamiento del movimiento liberal de protesta.
Guennadi Gudkov, miembro del CCO, en respuesta a las críticas replica que “la protesta no va a desaparecer; puede que experimente altibajos, pero el movimiento va a continuar”.
"Debido a los muros del Kremlin, parece que todo se ha reabsorbido al noveno mes de embarazo, pero esto es imposible. Hace un año, creíamos que no estaba mal cuando las concentraciones atrajeron a 1.500 personas. Ahora todo ha cambiado. El CCO ha reunido a nuevos líderes para la ola de protestas", declaró el político.
Pero Gudkov está de acuerdo en que hoy día el movimiento de protesta de Rusia se encuentra en una encrucijada.
Hacia qué dirección irá depende de la voluntad de las autoridades por escucharlo. Si el gobierno quiere oír al movimiento de protesta, la oposición va a buscar una solución de compromiso; si lo ignoran, puede que se radicalicen, y entonces ya serán imposibles de controlar, cosa que Gudkov no descarta.
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