Precisó que el resto, que no se exporta, es
almacenado en zonas de acceso difícil del país centroasiático y sirve
como reserva para su futura venta.
"A día de hoy unos tres
millones de campesinos (afganos) se dedican a esto (cultivo del opio),
dado que no es rentable sembrar el trigo", explicó Ivanov.
Recordó que antes de 2001 no había granjas en Afganistán capaces de producir "cantidades industriales" de drogas.
"A partir de 2011 la superficie sembrada ha crecido desde las 115.000
hasta las 130.000 hectáreas. Eso quiere decir que el número de
campesinos implicados en el cultivo de amapola y la producción de droga
ha aumentado en un 20 por ciento", explicó.
Rusia ha
denunciado en varias ocasiones que la producción de droga en Afganistán
aumentó en más de 40 veces desde que EE.UU iniciara una guerra en ese
país en 2001.
Afganistán tiene el práctico monopolio de las
exportaciones mundiales de opio, la materia prima de la mayor parte de
la heroína que se consume en el mundo, y sus ingresos financian hasta el
15 por ciento de las actividades de la insurgencia talibán, según la
ONU.
Rusia sigue siendo el país más afectado por el consumo de
heroína, con casi 1,8 millones de consumidores de esa droga procedente
de Afganistán.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: