El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, se
quejó de la "desconfianza" y de las "dificultades administrativas" que
se encuentran los inversores rusos en Francia, e insistió en que "la
inmensa mayoría" de los capitales de su país son limpios y respetan la
legislación.
"Es hora de entender que la inmensa mayoría de
los empresarios rusos respetan la ley y han ganado su dinero
honestamente", subrayó Medvedev en una entrevista al diario francés "Le
Figaro" la víspera de su viaje a París con varios de sus ministros para
participar en el décimo séptimo seminario intergubernamental
franco-ruso.
Constató que hay muchos grandes proyectos
empresariales entre los dos países, pero también que "subsiste en
Francia una cierta desconfianza de las dificultades administrativas
hacia inversores rusos y hay que pedir la razón a nuestros colegas
franceses".
El primer ministro ruso, que será recibido en
París por su homólogo francés, Jean-Marc Ayrault, con el que firmará una
serie de contratos, pero también por el presidente, François Hollande,
puso el acento en que el cambio de dirigentes en Francia no debe cambiar
el buen ambiente que mantuvo con la administración anterior de Nicolas
Sarkozy.
Preguntado por las críticas occidentales a los arrestos de opositores rusos, las justificó porque infringieron las normas.
"No creo que la reacción del poder sea brutal cuando se viola el
orden legal. En el extranjero, cualquier manifestante que levante la
mano a un policía será considerado un delincuente y encarcelado",
comentó.
Ese mismo argumento del modelo tomado extranjero lo
utilizó para defender la ley que impone restricciones a las
organizaciones no gubernamentales que reciben fondos del exterior.
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