“Mi estilo de boxear es ruso”

Empezó a boxear en Stávropol, su ciudad natal y con 16 se vino a Madrid para vivir de sus puños.

Fuente: Julián Jaén

Hoy, Petr Petrov, conocido en los rings como El Zar, está entre los diez mejores de Europa en la categoría de peso ligero (menos de 66 kilos) y sueña con colocarse en la élite de este deporte. Cuando Petr, que no llega a los 30 años, aterrizó en Barajas no sabía nada de España.

 Es más, el púgil ruso recuerda que en las horas de vuelo de Moscú a Madrid aprendió a contar hasta diez (lo único que sabía decir cuando aterrizó) y que esperaba un lugar con toreros, palmeras y monos.

  Después de casi 15 años en España se le han borrado casi la totalidad del acento ruso. Vive en Vallecas (un barrio popular al sur de la ciudad), corre y entrena en el parque de debajo de su casa y cuenta con una peña de seguidores castizos a los que homenajea cuando gana poniéndose una “parpusa”, gorra típica de los chulapos de la capital.

 A la hora de brindar tampoco se le nota su procedencia. No bebe: la alta competición (la preparación para los cinco combates que suele hacer al año) no se lo permite.

 La mejor prueba: tomó vodka por primera vez en España. Eres ruso pero sales al ring como español.

 ¿Por quién peleas?

 Peleo por mí. Elegí la bandera española porque llevo 13 años viviendo aquí y mi vida está en España, esta es mi casa. Mi licencia de boxeo es española y mi próximo examen, más allá del cuadrilátero, es la entrevista para conseguir los papeles de la nacionalidad española. Al final no soy de ningún sitio: en Rusia tengo acento y aquí también me queda algo.

 ¿Que si hay muchas diferencias de carácter entre unos y otros?

 Yo diría que no. Allí vivía en un barrio periférico, parecido a Vallecas. Sin ir más lejos, me robaron el coche anteayer. Pero más allá de eso, nunca he tenido problemas de racismo en España. La gente siempre me ha tratado muy bien. Pero sí, quizá aquí sean más chulos.

¿Cómo fue que llegaste aquí sin hablar ni siquiera una palabra de español?

Mi madre vino para trabajar y fue ella la que le llevó unos vídeos míos a mi primer entrenador, Marcos Bendal. Me vio, le gustó, empecé con él y con 17 años ya era profesional. Ahora he cambiado de manager y me representa “Guantes de Lobo”.

 ¿Boxeando se te ve la nacionalidad?

  Sí. Todo lo que hago es ruso. Aquí la forma de pelear es más agresiva, van más al palo. Yo soy más técnico: tengo muchos movimientos, contragolpeo más y me llevo menos golpes. En Rusia el boxeo es más técnico, te enseñan más a pensar, es más estratégico.

¿Cómo se consigue ser El Zar y al mismo tiempo ser el protagonista de una peña en Vallecas de nombre “Rompe y rasga”?

 El mote me lo pusieron en un combate en Barcelona. Allí empezaron a llamarme el Zar del Ring. Y me gustó. Porque además es el mismo apodo con el que boxeó Yuri Arbachákov, el primer campeón ruso que triunfó fuera de la URSS. Igual que yo, él salió de su país e hizo toda su carrera fuera, aunque él boxeó en Japón. Lo de la peña viene por mi novia, que es española. Sus padres son aficionados a los bailes regionales y pertenecen a una peña en Vallecas, al lado del campo del Rayo Vallecano. Se llama Rompe y rasga y cuando yo peleo van todos vestidos de chulapos. Me pongo la gorra en honor a ellos, que siempre me siguen.

 ¿Tus próximas metas?

  Llegar al Europeo y ganar. En lo personal, pasar la entrevista para que me den la nacionalidad española. Y es difícil porque para eso hace falta un contrato y como el boxeo no se considera un trabajo, mis contratos no son mensuales. Me ayuda mucho ser entrenador en el gimnasio Palomeras, donde además trabajo la parte más física. Por las tardes voy a San Sebastián de Los Reyes, en la otra punta de Madrid, y allí perfecciono técnica de boxeo.

 ¿Tienes miedo a los golpes que puedas recibir?

 No. Tengo miedo a perder.

 

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