Los rusos saborean el café

Aumenta el consumo de esta bebida aunque el soluble sigue siendo el más consumido. Fuente: Reuters / Vostock-Photo

Aumenta el consumo de esta bebida aunque el soluble sigue siendo el más consumido. Fuente: Reuters / Vostock-Photo

El café del mercado en Rusia está cambiando precipitadamente. Los rusos se están convirtiendo en unos auténticos cafeinómanos: la venta de este producto se ha duplicado en los últimos cinco años.

Durante la época de la URSS simplemente era difícil conseguir buen café. Aunque durante siglos se ha considerado al té la principal bebida estimulante sin alcohol, gracias al suministro de China y de la India, relativamente cercanas.

Pero todo cambia. Con el incremento del número de cafeterías en las ciudades, incluyendo las cadenas internacionales Starbucks y Costa Coffe, así como del aumento de ingresos de la población, el mercado del café está creciendo.

El año pasado alcanzó los 2,2 mil millones de dólares. Rusia ha ascendido al séptimo lugar entre los consumidores activos de esta bebida en el mundo.

Sin embargo, y a pesar del gran surtido de variedades y marcas, a la hora de comprar café la mayoría de los rusos siguen guiándose no por la calidad, sino por el precio.

“Nuestro mercado es muy joven todavía y la cultura del consumo todavía no se ha desarrollado hasta ese punto. Ante un alza de precios, los consumidores pasan fácilmente a adquirir un producto de menor calidad, o, si no, renuncian al café como tal”, explica Ramaz Chanturia, director general de la asociación 'Roschaikofe' (Asociación rusa de productores de té y café).

La popularidad del café soluble

Rusia es el líder mundial en consumo de café soluble: 57.000 toneladas al año según datos de la Organización de Productores de Café. En comparación, los habitantes de Gran Bretaña consumen cerca de 30.000 toneladas al año y los japoneses, 28-29.000 toneladas.

Aunque el desarrollo del mercado pasar por abastecerse del producto natural. “La gente está probando el café natural –explica el director general de Paulig en Rusia, Alexánder Kolkov–, y comprendiendo la diferencia de sabor”.

Hace diez años el segmento de café soluble era un 10-15% mayor que ahora. Actualmente se ha reducido un 68%. El resto ya corresponde a café en grano.

Otra tendencia muy importante del mercado ruso ha sido la aparición en el territorio de la Federación Rusa de empresas que se dedican a la transformación, producción y envasado del producto preparado.

Con la supresión hace unos años de los aranceles estatales a la importación de café verde, la importación a Rusia de la materia prima se ha vuelto más ventajosa. Prácticamente todos los agentes implicados en el mercado ruso del café tienen dentro de la Federación Rusa fábrica propia de elaboración y envasado.

Una gran parte de la producción y venta de café en Rusia pertenece a las empresas Kraft Foods Inc. (EE  UU), Nestlé S A (Suiza) y Paulig Group (Finlandia).

Aunque gracias a los esfuerzos publicitarios, en las mentes de los compradores rusos el café se asocia sobre todo con el país donde se cultiva.

A diferencia del mercado del té, el mercado del consumo de café en Rusia se caracteriza por su débil estacionalidad. La única diferencia entre el verano y el invierno reside en que durante la época calurosa del año tienen más éxito las bebidas frías hechas con café: frappuccino, latte ice.

La importancia de la cantidad

Los tradicionales cafés americanos, capuchinos y solos se piden igual durante la época de calor y de frío. Sin embargo, según los resultados de una encuesta entre los baristas de varias cafeterías famosas de Moscú, los clientes dan preferencia, sobre todo, al volumen de la bebida encargada.

“Con frecuencia la gente pide un café americano o con leche solo porque la taza es más grande –dice Nikita, un barista–. Y lo que menos les preocupa es la variedad o la calidad de la bebida. El café solo lo suelen pedir muy poco y exclusivamente como estimulante”.

Serguéi Sivkov, propietario de Lukafé en Moscú también cree que la mayoría de los consumidores rusos hasta este momento entienden el café “como una bebida para pasar mejor la comida”.

“A menudo un café solo o un capuchino de calidad realmente buena solo se puede probar en los concursos de baristas o en las competiciones de profesionales. En las cafeterías en serie, independientemente del precio, ofertan una bebida que no se puede llamar café”, se lamenta el experto.

Por otro lado, están los supermercados y la venta minorista. Sivkov afirma que los líderes indiscutibles de la industria del café son los italianos.

Independientemente de en que país compren la materia prima, no tienen parangón en el arte de crear sabores nuevos. Aunque en la mayoría de los casos, el resultado definitivo no depende ni de la materia prima ni del precio, sino de la forma de preparación.

Cambios en el mercado

Por otra parte, las tendencias que se están creando en el mercado van a ser muy pronto una prueba de resistencia. Debido a una mala cosecha en Brasil, el mercado mundial está fluctuando y Rusia no es un puerto seguro. 

Los expertos esperan un aumento de precios de hasta el 5% hasta finales de año. En el precio de coste de una lata de café soluble de tipo medio, el importe de los granos de café no supera el 15-20%, el resto corresponde a las tasas, a la elaboración, al envasado y a la logística.

También influye la bajada en la cotización de la divisa nacional, ya que es necesario comprar la materia prima en el extranjero; en Rusia cultiva café si acaso algún entusiasta como planta decorativa y a nivel casero.

Los expertos temen que, por culpa del aumento de los precios, el café arábica de alta calidad se vaya a China o a Brasil, mientras que los rusos tendrán que contentarse con el robusta vietnamita, más barato pero de peor sabor.

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