La matrioshka pop se llama Mapiuska

Una diseñadora española se dedica a hacer novedosos diseños de la tradicional muñeca rusa. Fuente: Mapiuska

Una diseñadora española se dedica a hacer novedosos diseños de la tradicional muñeca rusa. Fuente: Mapiuska

Una idea que Andy Warhol se dejó en el tintero fue la de transformar la matrioshka al pop art. Esta tradicional muñeca ha cobrado miles de formas, ideas y patrones de la mano de una diseñadora española que se atreve a innovar. Sus lienzos respiran originalidad y para María del Pilar Morillo, Mapi en la firma, sus diseños no dejan indiferente a nadie. Solo le falta un detalle. Viajar hasta Moscú para descubrir su conexión con este país encantado.

Todo comenzó como un regalo de amor. Una noche de verano de 2007, Mapi   hizo una foto a una de las muchas matrioshkas que tiene en su casa y cogió el patrón.

“Se me daba muy bien el diseño gráfico e investigando se me ocurrió regalarle a mi novio una matrioshka con mi cara”, declara Mapi Morillo,  creadora de la idea. Nada más verlo pensó que de eso se podía sacar negocio. Y de ahí surgió Mapiuska, la unión del nombre de esta aragonesa con la terminación de estas muñecas.

“Estaba en un momento de mi vida en el que no sabía qué hacer. Estudiaba química pero me encontraba estancada. Ahora mi trabajo es Mapiuska”, se enorgullece.

Y es que su gusto por esta tradicional muñeca rusa viene desde su infancia. “Estas muñecas tienen su encanto. Cuando era chica, abría las muñecas y me fascinaba que hubiese muchas más dentro. Tengo un montón de ellas”.

Todas las Mapiuskas, como ella las ha bautizado, tienen su cara. “En todos los diseños están mis ojos, mi boca y mis cejas”, comenta. Pero la matrioshka no se queda con el tradicional traje ruso.

Aquí se customiza, se vuelve moderna, rockera, sale a bailar a la discoteca, se va de viaje a Nueva York, pasa de convertirse en una Geisha a protagonizar Desayuno con diamantes vestida de Audrey Hepburn, y hasta se atreve a vestirse de la mismísima Cleopatra. “En todas mis creaciones cambian el peinado, el vestuario, el maquillaje… Me encanta caracterizarlas”, cuenta divertida.

Como todas las niñas pequeñas, le encantaba cambiarle los vestidos a sus muñecas, aunque nunca pensaba que esto fuese a convertirse en su profesión. “Me pasaba horas jugando al Diseña tu moda así que todos estos cambios de vestuario solo se me ocurren a mí”.

Por un precio que oscila entre los 100 y 200 euros, dependiendo del tamaño y del formato, a los que les guste esta propuesta pueden adquirirlo a través de su página web con los gastos de envío incluidos.

Y, ¿por qué pop art? “Me gusta la estética, la forma, los colorines,… el Arte Pop recoge todo lo que soy yo”, se define. Algo que también se une a su gusto por todo lo ruso. La arquitectura, la cultura, los trajes regionales, la estética, el folclore, las costumbres de los rusos,… es un aspecto que le apasiona.

“Quiero viajar a Moscú. El metro es una pasada, yo es que soy un poco barroca”, bromea.

El pop art ruso, por otro lado, no deja indiferente a nadie. Alexánder Kosolapov, por ejemplo, artista ruso residente en Nueva York, cuna de este arte, es conocido por la mezcla de símbolos e iconos culturales tanto de la Rusia comunista como del occidente capitalista, creando nuevas imágenes con un fuerte carácter irónico y de crítica socio-política y religiosa.

Un mundo en el que las marcas comerciales se convierten en los símbolos del poder y en el que Lenin y Mickey son fácilmente intercambiables. La matrioshka rusa podría ser incluida fácilmente en algunas de sus creaciones.

Una de las ideas de Morillo que más éxito han tenido han sido las Mapiuskas personalizadas. “Coloco los ojos y la boca de las personas que me lo solicitan. Parece una muñeca totalmente diferente”. También se atreve con los Mapiuskos.

“A los chicos les hacen mucha gracia. También se acuerdan de nosotros”, dicen. Pero Morillo no se queda sólo con los cuadros. Chapas, imanes, cojines, postales, broches, collares,… y su última adquisición y a lo que dedica gran parte de su jornada laboral, sombreros y tocados.

 

Los tocados, buena inspiración rusa

“Cuando empecé a hacer broches, probé con ponerlos en la cabeza y quedaron bastante originales. Ahora hago tocados de todo tipo pero la muñeca rusa sigue siendo el logo de mi empresa y nuestro eje fundacional”, declara.

Con materiales tradicionales y a la antigua usanza, el taller de Morillo está abarrotado de telas, botones, alfileres e hilos.

Los sombreros son una prenda muy utilizada en Rusia. Además, junto a los tocados, era uno de los complementos más utilizados en la época zarista.

Desde Mapiuska apuestan por recuperar en el siglo XXI el complemento estrella del pasado, símbolo de glamour, elegancia y distinción.

Evidentemente, dentro de sus creaciones, hay inspiraciones rusas, aunque según esta zaragozana, “tengo pendiente una colección inspirada en Rusia, en los típicos ushankas”. 

Hay que atreverse con todo. Ese es uno de los pilares fundamentales de esta diseñadora. Dejó su antiguo taller en su casa donde recibía a sus clientes, recogiéndolo todo minutos antes, y ahora, en su nuevo hogar, tiene una sala de exposición y un taller aparte. “Ya no tengo que pasarme la mitad del tiempo recogiendo los materiales”, comenta.

Ahora está pensando en montar una tienda donde venda todos sus productos. “Cada día me va mejor. Las 24 horas se me quedan insuficientes. Me tengo que sentir afortunada, ya que hago lo que me gusta”.

El esfuerzo y la constancia son claves del carácter ruso. Mapi Murillo es española pero en su interior hay mucho de este país fascinante. “Hace falta mucha imaginación, dormir pocas horas y trabajar mucho. Sólo así se consigue todo esto”, concluye. 

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