A causa del explosión del petardo, el
guardameta del equipo moscovita, que ganaba 1-0 al Zenit de San
Petersburgo, sufrió quemaduras en la córnea.
Ante estos
hechos, el árbitro del encuentro, correspondiente al decimosexta jornada
de la liga rusa y que se disputaba el estadio Jimki, en las afueras de
Moscú, suspendió las acciones en el minuto 37 de la primera parte y los
jugadores ya no volvieron al campo.
El petardo salió desde una
tribuna ocupada por aficionados del Zenit, donde la policía detuvo a
varias decenas de hinchas, pero de momento no ha identificado a la
persona que lo lanzó.
"Se trata de un delito cometido con
premeditación y se ha incoado una causa penal, pero hay que preparar una
enmiendas (a la legislación) para prevenir estos delitos", subrayó
Medvédev.
Agregó que éste no es sólo un asunto de la policía,
sino de la administración de los estadios, los clubes deportivos y la
afición en general.
El del sábado es el segundo partido de una
competición oficial rusa suspendido por el árbitro debido a la
violencia en el estadio en menos de dos meses.
El 26 de
septiembre pasado, un partido de la Copa de Rusia entre el Torpedo y el
Dinamo fue suspendido por el árbitro debido a violentos enfrentamientos
entre aficionados de ambos equipos moscovitas.
El juez decretó el fin de las acciones en el minuto 51 cuando los visitantes ganaban por 1-2.
La violencia los estadios rusos se ha convertido en un gran
preocupación de las autoridades, máxime desde que diciembre de que 2010
Rusia ganó la carrera por albergar el Mundial de 2018.
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