Entrevista a Konstantín Dólgov, comisionado ruso de los derechos humanos. Fuente: Kommersant
¿Por qué el informe era sobre EE UU en particular?
Los estadounidenses siguen considerándose a sí mismos, ilegítimamente, la autoridad absoluta y el líder indiscutible en el ámbito de la democracia y los derechos humanos.
Tratan de aleccionar a otros países sobre cómo construir una democracia. A menudo, sus intentos rayan la interferencia directa en asuntos internos. Por desgracia, Rusia es uno de los países que se enfrentan a este problema. Al mismo tiempo, nuestro informe muestra que la situación de los derechos humanos en EE UU no es ni mucho menos la ideal.
¿De dónde han sacado los datos para llegar a estas conclusiones?
El Consejo de la ONU de Derechos Humanos, ACNUR, Human Rights Watch, Amnistía Internacional, ONG estadounidenses y la Asociación Internacional de Periodistas.
En enero, la célebre ONG Reporteros Sin Fronteras bajó significativamente de categoría a EE UU en su Índice de la Libertad de Prensa anual: el país descendió 27 puestos, hasta el número 47.
Pero Rusia está en el puesto 142 de este ránking.
Sí, la calificación de Rusia es inferior. Pero, ¿cuánto lleva Rusia en el camino de la democratización en comparación con Estados Unidos? En términos de tiempo, la comparación es insignificante.
¿Cree usted que EE UU no es un modelo de democracia?
En absoluto. Nadie puede ser un modelo de democracia. Ni EE UU, ni Francia, ni Suiza. Hay problemas en todas partes, simplemente varían en tamaño y naturaleza. Pero nadie tiene derecho a dictar sus propios cánones normativos.
¿No teme que por resaltar ahora los defectos de otros países desemboque en un mayor ataque a Rusia por parte de occidente?
¿Cómo podrían cebarse aún más con Rusia? Las críticas a Rusia por parte de EE UU y de algunos países de la UE son ya tan desmesuradas que es imposible exagerar más.
Pero no tenemos miedo. Nuestra respuesta a los numerosos informes críticos sobre nuestro país es moderada.
Decimos que no son objetivos.
Si no son objetivos, lo decimos. Por ejemplo, el informe del Departamento de Estado de EE UU sobre la libertad de religión en el mundo repite el mismo viejo mantra año tras año, y ya no se corresponde en absoluto con la situación actual en Rusia. De hecho, en su último informe, los EE UU lo reconocieron hasta cierto punto.
Dice claramente que la Iglesia Ortodoxa Rusa está compinchada con las autoridades.
Sí, eso sigue ahí. Pero, por lo demás, la retórica se ha suavizado. Y estamos dispuestos a dialogar. Esperamos que nuestro informe provoque una respuesta y los estadounidenses saquen conclusiones.
¿No supone este informe una interferencia en los asuntos internos de EE UU y una violación de su soberanía?
Rusia no dice que la crítica sea una interferencia. Sin embargo, ese tipo de crítica puede desembocar en una interferencia. Si comenzáramos a financiar ONGs estadounidenses con una agenda política, eso podría considerarse una interferencia en asuntos internos.
¿Va a elaborar el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso más informes sobre los derechos humanos en el mundo?
Sí, el próximo podría publicarse dentro de poco.
El artículo completo se publicó originalmente en ruso en Kommersant.
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