Merkel, quien ha criticado en varias
ocasiones en los últimos meses el retroceso de las libertades desde el
retorno de Putin al Kremlin en mayo pasado, opina que es necesario
hablar abiertamente sobre esos temas conflictivos.
"No sólo el
Gobierno tiene opinión propia. Nosotros también nos tomamos en serio la
opinión de la oposición. No hay que tener miedo de que la gente tenga
otros puntos de vista. Siempre se puede aprender algo de los otros",
dijo.
Merkel comentó que si se enfadara cada vez que lee una crítica en el periódico contra su Gobierno "no duraría ni tres días".
"Entendemos que Alemania y Rusia dependen uno de otro. Nuestra
cooperación económica se desarrolla de manera excelente. Alemania
necesita materias primas rusas, petróleo, gas y metalurgia. Nosotros
podemos ayudar a Rusia en medicina e infraestructura", apuntó.
La canciller añadió: "Que nosotros seamos buenos socios en el ámbito
económico no significa que no podamos discutir otros asuntos".
La decimocuarta ronda de consultas ruso-germanas transcurrió en un
momento delicado en las relaciones debido a las creciente críticas en
Berlín por la situación de los derechos humanos y las libertades civiles
en este país.
El viernes pasado el Parlamento alemán expresó
alarma por el estado de los derechos humanos en Rusia desde el retorno
de Putin a la presidencia y llamó a Merkel a presionar a Moscú para que
deje de perseguir a la oposición.
Los diputados alemanas
aludieron a las controvertidas leyes promulgadas por Putin en el marco
de un proceso de involución democrática y que aumentan las multas por
alterar el orden público en las manifestaciones, crean una lista negra
de páginas web o amplían el concepto de traición a la patria.
Además, criticaron las causas penales abiertas contra varios opositores y
la condena a dos años de cárcel a dos integrantes del grupo punk
femenino Pussy Riot.
Al respecto, Merkel rompió hoy una lanza
en favor de las dos jóvenes del grupo que cumplen penas de dos años de
cárcel, una de las cuales fue acusada hoy por Putin de antisemitismo.
"No sé si había que haber enviado a las chicas a la cárcel. No sé si eso habría pasado en Alemania", señaló Merkel.
En respuesta, Putin instó a los presentes a analizar el caso de Pussy
Riot, tres de cuyos miembros fueron detenidas tras actuar en la
catedral de Cristo Salvador de Moscú, "desde todos los puntos de vista".
"¿Pero sabe ella (la canciller) que antes (hace un año en un
supermercado de Moscú) una de ellas colgó el muñeco de un judío y dijo
que había que librar Moscú de esa gente? Nosotros y ustedes no podemos
apoyar a gente que defiende posturas antisemitas", resaltó.
Piotr Verzílov, el marido de una de las músicas condenadas, Nadezhda
Tolokónnikova, en respuesta acusó a Putin de "desinformar" a Merkel o
bien de "no entender" el sentido de aquel "performance" realizado,
precisamente, para denunciar y ridiculizar la xenofobia y la homofobia
en la sociedad rusa, según la radio "Eco de Moscú".
Putin
aseguró que "la Alemania actual no debe apoyar el antisemitismo" y
recordó que en ese país "se estipulan penas de cárcel de hasta tres
años" por ofender a la Iglesia y los sentimientos religiosos.
El jefe del Kremlin también salió al paso de las acusaciones sobre una
presunta implicación en un escándalo de corrupción inmobiliaria del
recientemente destituido ministro de Defensa ruso, Anatoli Serdiukov.
"Ni la investigación ni mucho menos los tribunales han presentado
alguna reclamación particular a Serdiukov. Ésta es una práctica común en
el mundo civilizado. Un hombre es inocente hasta que la Justicia no
demuestra su culpabilidad", dijo.
Serdiukov, que fue
destituido el pasado 6 de noviembre, es el más alto funcionario apartado
del poder desde que Putin asumiera la jefatura del Kremlin en el año
2000.
Tampoco hubo acercamiento en relación al nuevo marco
legislativo energético de la Unión Europea, conocido como el Tercer
Paquete Energético, que fuerza la separación patrimonial de las
actividades de producción, transporte y comercialización e incluye
salvaguardas para evitar que las redes caigan en manos de compañías
extranjeras.
Putin volvió a calificar hoy la ley de
"inadmisible" por contener la noción de retroactividad, mientras Merkel
aseguró que Berlín aboga por aprobar el documento que perjudicaría
notablemente a las inversiones del gigante gasístico ruso Gazprom.
El Kremlin ha relacionado el incremento de la "retórica antirrusa" en
Alemania con la proximidad de los comicios federales alemanes, que se
celebrarán en octubre de 2013
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