"Por todos es conocido el suicidio del
coronel del KGB, Alexandr Kazak. Además, hay otras cuestiones que exigen
una profunda investigación", dijo Leonid Maltsev, secretario del
Consejo de Seguridad bielorruso.
Maltsev explicó que él
asumirá provisionalmente la jefatura del KGB, pero que eso no significa
que Zaitsev no pueda recuperar su cargo al término de dicha
investigación.
"Si la investigación demuestra su competencia y
la de otros funcionarios, sin duda alguna reanudará sus funciones. Esto
se ha hecho para que la investigación se lleve a cabo de la manera más
objetiva posible", dijo.
El general Zaitsev ya se había
llevado un rapapolvo después de que una avioneta penetrara en julio
pasado en el espacio aéreo bielorruso y lanzará cerca de un millar de
osos de peluche en paracaídas con mensajes a favor de la libertad de
expresión.
El KGB bielorruso se encarga de garantizar la
seguridad nacional y defender la integridad territorial del país, además
de desempeñar funciones de espionaje exterior y de contraespionaje
dentro de las fronteras de Bielorrusia.
Además, se ocupa de
luchar contra las organizaciones terroristas, extremistas y cualquier
grupo o individuo que amenace la seguridad nacional, lo que incluye a
opositores, defensores de los derechos humanos y periodistas
independientes.
Según la oposición democrática bielorrusa, el
KGB es el brazo armado del último dictador de Europa, Lukashenko, que lo
utiliza para controlar a su población y reprimir a la disidencia
política.
El comité se subordina directamente a Lukashenko,
quien comparte voluntariamente el control sobre sus temidas estructuras
con el Consejo de Ministros
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