Fuente: Lori / Legion Media
Cuánto más cerca se encuentre de la carretera, verá más anuncios de hoteles, hostales y restaurantes. Prácticamente toda la vida del Súzdal contemporáneo se concentra alrededor del turismo.
La primera mención de Súzdal en las crónicas data del año 1024. Se extiende a lo largo de las pintorescas orillas del río Kamenka que, serpenteando, fluye a lo largo de toda la ciudad. En los tiempos antiguos Kamenka era navegable y por este río discurrían las principales rutas comerciales.
A principios del siglo XII, durante el reinado del príncipe Yuri Dolgoruki, la ciudad fue la capital del Principado Rostov-Súzdal. Moscú, por cierto, fue fundada por Yuri Dolgoruki para defender las fronteras meridionales del Principado Rostov-Súzdal. Más adelante se convirtió en la capital del Principado Súzdal-Nizhegorodski y en el 1392 entró a formar parte del Gran Principado de Moscú.
Un papel tan activo en la historia no podía no influir en el desarrollo cultural de la ciudad. En su tiempo fue el centro espiritual de la Rus, cosa que todavía se percibe hoy en día.
En un territorio de nueve kilómetros cuadrados hay cinco monasterios, cerca de 30 iglesias y templos y 14 campanarios. Una concentración tan grande de valores culturales por metro cuadrado seguramente solo es comparable con el barrio antiguo de la ciudad de Jerusalén.
Aquí no verá construcciones de muchos pisos ya que la normativa municipal lo prohíbe. Los edificios más altos tienen cinco, pero si no se sabe donde están no se encuentran.
Es mejor empezar la visita de la ciudad por la plaza del comercio. El antiguo alargado edificio de puestos termina con una aguja coronada por una veleta en forma de halcón, el anitguo símbolo de la ciudad.
En total en Súzdal hay cuatro conjuntos incluidos en el fondo de la UNESCO. Además del monasterio Spaso-Efímev (San Eufemio Redentor), el Kremlin de Súzdal, la Catedral Rozhdienstvenski (de la Natividad de Nuestra Señora) y la Iglesia de Borís y Gleb en el pueblo de Kideksh, a cinco kilómetros del centro de Súzdal. Prácticamente todas las iglesias y monumentos históricos están abiertos al público y la ciudad se considera una reserva cultural.
El conjunto arquitectónico de la plaza lo completa la iglesia Voskresénskaya (de la Resurrección) en el centro. Aquí todo tiene un aspecto como hace uno o dos siglos, únicamente los puestos de souvenires desdibujan el cuadro del pasado. La plaza está recubierta de cantos rodados que la hacen un poco incómoda para andar. Se recomienda no cruzar la plaza con tacones de aguja.
Cabe recordar que a las 6 de la tarde cierran los museos y se termina el comercio de souvenires. Después de esa hora Súzdal se convierte en una ciudad totalmente tranquila y apacible.
La tarde noche es una buena hora para los amantes de la antigüedad. Se puede pasear por las apacibles callejuelas, rodeado de edificios históricos y una naturaleza abundante. De la plaza del comercio gire hacia la calle del Kremlin y a la derecha verá una colina con un sendero. No será muy fácil encaramarse, sobre todo si el tiempo es húmedo, pero el esfuerzo se verá recompensado.
Desde aquí se abre un panorama fantástico. Es el sitio ideal para los amantes de la fotografía. El meandro del río a los pies de la colina, el campo, el bosque a lo lejos… la auténtica naturaleza rusa. Desde lo alto de la colina se pueden ver dos monasterios y diez iglesias. Vaya con cuidado porque bajar es todavía más difícil que subir.
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Fuente: Lori / Legion Media
El monasterio Spaso-Efímev (San Eufemio Redentor) es un monumento incluido en la lista del patrimonio mundial de la humanidad de UNESCO. Se fundó en el año 1352 a la orilla del río Kamenka.
Inicialmente los muros y construcciones del monasterio eran de madera pero durante la invasión polaco-lituana del siglo XVII fueron quemados. Después se construyó una auténtica fortaleza de piedra que se ha conservado hasta nuestros días.
Denís y Elena llegaron a Suzdal desde Kiev: “Es la segunda vez que venimos. Nos gusta mucho Súzdal. Kiev también tiene una historia muy rica pero se siente la presión de la megápolis. En cambio, aquí encontramos la naturaleza en su estado puro y una gran cantidad de monumentos. La anterior vez que vinimos incluso decidimos no alojarnos en un hotel y plantamos la tienda en las afueras de la ciudad”.
Pasar la noche en una tienda de campaña está muy bien pero no es imprescindible. En Súzdal hay muchos hoteles, grandes y pequeños, para cualquier gusto y bolsillo. Los locales también intentan ganar dinero con los turistas y alquilan sus casas a precios moderados.
Recomendamos visitar el museo de la arquitectura de madera. Se trata de un pueblecito peculiar situado al final de la ciudad, en la orilla del río Kamenka.
Hay construcciones de madera conservadas desde los siglos XVIII y XIX. Se trata de casas de campesinos, casas señoriales, molinos de viento y la iglesia de madera Preobrazhenskaya (de la Transfiguración), que la trajeron desde el pueblo de Kozliatievo, de la región Kolchuguinski. Se divisa desde todas las elevaciones de la ciudad.
La calle Lenin es la principal arteria de la ciudad. Aquí se concentran las principales infraestructuras turísticas, hoteles, cafés y tiendas. Súzdal también es conocido por su medovuja, una bebida de bajo contenido en alcohol elaborada a base de miel, que se puede encontrar en casi todos los rincones de la ciudad. Súzdal cuenta con todo lo que necesita el turista, incluso tiene su Plaza Roja, solo que en lugar del mausoleo hay el edificio de la administración municipal y la oficina central de correos.
Si hay que formular en dos palabras por qué es indispensable una visita a Súzdal se puede resumir así: “el espíritu ruso”.
Dónde alojarse:
En la ciudad hay 50 hoteles, casas de huéspedes y hostales. El confort es de entre 2 y 4 estrellas. Muchos locales hacen un sobresueldo alojando turistas en sus casas.
Cómo llegar:
Desde la estación de autobuses Shelkovskaya de Moscú cada media hora parten autobuses hacia Súzdal. El precio del billete es de dos dólares y el recorrido es entre 4-5 horas.
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