"Al parecer, falló uno de los motores de la
aeronave. El piloto intentó tomar tierra, pero no pudo evitar chocar con
el suelo", agregó.
El Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso confirmó el accidente y precisó que no hubo daños materiales en tierra.
El Comité de Instrucción ruso anunció la apertura de una
investigación para aclarar las circunstancias del accidente, aseguró la
portavoz del órgano en Moscú, Tatiana Morózova.
Los accidentes
mortales de aviones militares son cada vez más frecuentes en Rusia, al
igual que en el caso de los aviones civiles.
Hace menos de un
mes, el pasado 12 de octubre, tres personas murieron al estrellarse un
avión militar anfibio ruso Be-12 durante unas maniobras de vuelo en la
península ucraniana de Crimea.
En el accidente, que se produjo
durante la maniobra de aterrizaje, sobrevivió únicamente uno de los
cuatro tripulantes del aparato.
El aparato accidentado, que no transportaba armamento, servía en las Fuerzas Armadas de Rusia desde hace más de 30 años.
El pasado 6 de septiembre, un piloto de caza falleció en la región
del lado Baikal tras estrellarse el caza Mig-29 que pilotaba, tras lo
cual el Ministerio de Defensa ruso suspendió todos los vuelos de ese
modelo de avión.
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