OMV y la americana Exxon habrían encontrado,
sólo en el perímetro rumano que explotan, entre 42.000 y 84.000 millones
de metros cúbicos de gas natural, una cantidad suficiente para
garantizar el consumo de Rumanía durante cuatro años.
Es sólo
una porción de la zona rumana, a la que hay que añadir los 100.000
millones de metros cúbicos que, según los expertos, podrán extraerse de
aguas territoriales búlgaras, además de lo que pueda encontrarse en el
área perteneciente a Ucrania.
OMV, Exxon, Schell y Total son algunas de las compañías con concesiones en estos dos países.
Rumanía importa en estos momentos de Rusia un 20 % del gas que
consume, pero las reservas nacionales conocidas -situadas en tierra
firme- se van agotando.
Bulgaria y Ucrania dependen también de Rusia para satisfacer su demanda de gas.
La explotación de las reservas del Mar Negro podría empezar al final
de esta década y daría un giro brusco a la situación para Rumanía y sus
vecinos.
"Rumanía tiene la perspectiva de la independencia energética total", ha asegurado el presidente del país, Traian Basescu.
De la misma opinión es Mariana Gheorghe, director general de la filial rumana de OMV, Petrom.
En una entrevista en la cadena ProTV, Gheorghe advirtió sin embargo
de que la independencia energética sólo será posible si el Estado cumple
sus obligaciones de inversión en la infraestructura para extraer y
transportar el gas.
Superar el proteccionismo del mercado
energético rumano es otra de las asignaturas pendientes para aprovechar
el potencial del Mar Negro, asegura en unas declaraciones a Efe Otilia
Nutu, una reputada consultora en temas energéticos.
Según
Nutu, los precios a los que el Estado obliga a las compañías a vender el
gas en el mercado interno no haría rentable la explotación de las
reservas del Mar Negro, mucho más costosa que la del gas que se
encuentra en tierra firme.
"Estaba previsto que el mercado se
liberalizara en 2007", con la entrada de Rumanía en la Unión Europea,
pero "estamos en 2012 y esto no ha ocurrido", cuenta Nutu.
La
liberalización supondría una subida de los precios para el consumidor
rumano, pero el Estado ya baraja fórmulas para paliar los efectos sobre
la población.
"En lugar de tener tres fuentes de gas como
tenemos hoy, tendremos seis o siete durante diez, quince o veinte años",
afirma Nutu.
Recuerda la importancia del gasoducto Nabucco,
un proyecto europeo que pretende llevar gas del Caspio y Oriente Medio a
toda la Unión Europea (UE), y de AGRI, el conducto proyectado por
Azerbaiyán, Georgia y Rumanía.
Estos dos conductos fomentarán
la exportación de las reservas del Mar Negro, lo que ayudaría a reducir
la dependencia de Rusia de toda Europa Oriental y Central.
Más
allá de los miedos históricos a Moscú muy presentes en la región, Nutu
ve la posición rusa en términos meramente económicos.
"Un
monopolio abusará siempre de su posición, el comportamiento de Rusia es
perfectamente racional para extraer el mayor beneficio de la situación",
explica Nutu.
Aunque aún no se manejan cifras sobre las
posibles reservas, el descubrimiento de gas natural podría ir acompañado
de petróleo.
"En general, donde exista una hay grandes opciones de que exista también la otra", asegura la consultora.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: