Kasha de mijo con calabaza: dulce y salado

Un nutritivo plato de cereales para disfrutar antes de Halloween. Fuente: Lori / LegionMedia

Un nutritivo plato de cereales para disfrutar antes de Halloween. Fuente: Lori / LegionMedia

A la hora de comer, mi hija Velvet era lo más melindroso del mundo cuando se trataba de cereales de cualquier tipo, fríos o calientes. Logró hacer que se desesperasen tres niñeras y una "babushka" (abuelita). La única excepción que hacía, una vez al año, era el kasha de mijo con la carne de las calabazas que usábamos para confeccionar las "jack o’lanterns" o linternas de Halloween. La idea me la dio una jovial mujer de Leningradski Rinok, que nos guardaba cada octubre orondas calabazas sin cortar.

La primera vez que me aproximé al puesto de verduras para comprar una calabaza desperté la curiosidad de la vivaz vendedora porque quería el fruto entero y no cortado en trozos.

"¿Vas a hacer kasha de mijo cocido dentro de la calabaza?", preguntó.

"No", respondí, algo turbada. "En realidad, voy a vaciarla y tallarle agujeros con la forma de una cara horripilante para ponerle una vela dentro". 

La kasha es un plato tradicional ruso. Se cocina a base de grano y la receta, con algunas variaciones, es o ha sido común a diferentes pueblos (como, por ejemplo, las gachas en la cocina española). Inicialmente este plato se hacía de grano triturado, de donde proviene su nombre ruso, con origen en el término sánscrito “krash”, o sea, “triturar”. 

Me miró como si yo fuese víctima de una posesión demoniaca. Le expliqué que eso era lo que hacíamos en Halloween, pero no parecía muy convencida. Al preguntarle qué había querido decir ella, me contó que en la "Vieja Rusia" (supuse que se refería a cualquier cosa de antes de 1945), el kasha de mijo con calabaza se horneaba dentro de una calabaza vaciada y tenía asignado un lugar de honor en cualquier reunión festiva, especialmente durante el otoño.

La semana después de Halloween, cuando habíamos tirado a la basura nuestras linternas de calabaza, ya estropeadas, mi nueva amiga del mercado nos obligó a aceptar una pequeña calabaza sin trocear y nos animó a probar la receta.

El resultado fue un triunfo: dulce, cremoso (¡y decorativo!), que deleitó incluso a Velvet. Empecé a comprar calabaza en trozos para experimentar con las diferentes versiones del kasha de mijo y calabaza: ambos son ingredientes versátiles que ganan mucho con estas acertadas combinaciones de sabores. Las dos recetas que ofrezco abajo han resultado un éxito incluso con los comensales más quisquillosos, y son tan ricas que aparecen en la mesa durante todo el año.

Kasha dulce de mijo y calabaza

 

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Ingredientes

1 taza y ½ de calabaza asada, triturada o en dados

1 taza de mijo

2 tazas de leche

1/3 taza de miel o azúcar moreno

¾ de taza de tvorog o un queso fresco tipo requesón

1 pellizco de sal

1 cucharadita de café de canela

1 cucharadita de café de pimienta dulce

1 taza de pasas, grosellas o frutas del bosque

3 cucharadas soperas de mantequilla sin sal, en dados pequeños

2 cucharadas soperas de azúcar Demerara (se puede sustituir por azúcar moreno o caramelo)

Preparación:

 

1.  Precalentar el horno a 160°C

2.  Enjuagar el mijo en un colador bajo el grifo de agua fría durante un minuto. Dejar secar.

3.  Poner el mijo en una olla de hierro con fondo grueso a fuego medio. Tostar los granos durante unos minutos hasta que empiecen a dorarse.

4.  Añadir la calabaza y remover para mezclarlo. Verter la leche y llevarlo a un hervor suave. Añadir la      miel (o azúcar), la sal y las especias y remover hasta que se disuelvan

5.  Cubrir y bajar el fuego. Cocer unos 15 minutos, hasta que el mijo haya absorbido casi todo el líquido

6.  Añadir el queso tvorog y las pasas. Espolvorear por encima con el azúcar Demerara y los cubitos de mantequilla. Cubrir la olla de hierro y cocerlo en el horno precalentado durante 15 ó 20 minutos

Kasha salado de calabaza y mijo con salvia y tomillo


 

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Ingredientes

1 taza y ½ de calabaza asada, triturada o en dados

2 tazas y ½ de caldo de pollo

4 cucharadas superas de mantequilla, divididas en dos porciones

1 taza de mijo

1 cebolla amarilla, pelada y cortada muy fina

1 cucharada sopera de azúcar

½ cucharadita de café de nuez moscada

2 cucharaditas de café de sal

3 cucharadas soperas de salvia fresca, picada

2 cucharadas soperas de tomillo fresco, picado

¼ de taza de nata agria

Preparación:

 

1.  Precalentar el horno a 160°C.

2.  Enjuagar el mijo en un colador bajo el grifo de agua fría durante un minuto. Dejar secar.

3.   Derretir dos cucharadas de mantequilla en una sartén y saltear la cebolla unos dos minutos. Cuando empiece a ablandarse, espolvorear con el azúcar y la nuez moscada y continuar friendo hasta que la cebolla esté pochada: dorada, translúcida y muy blanda. Apartar del fuego y reservar.

4.  Poner el mijo en una olla de hierro con fondo grueso a fuego medio. Tostar los granos durante unos minutos hasta que empiecen a dorarse. Añadir la cebolla pochada, la sal y la calabaza. Mezclar con una cuchara.

5.  Añadir poco a poco el caldo de pollo, removiendo constantemente. Cuando se haya añadido todo el caldo, dejar que la mezcla alcance un hervor suave, bajar el fuego, tapar y cocer otros 10 o 15 minutos hasta que el mijo haya absorbido casi todo el líquido.

6.  Añadir la salvia, el tomillo y la nata agria y remover bien. Distribuir el resto de la mantequilla por encima de la kasha, tapar y hornear en el horno precalentado durante 20 minutos.

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