Tanto los familiares como ciudadanos
conmovidos por aquellos trágicos sucesos, que mantuvieron en tensión al
país entero y buena parte de la comunidad internacional durante tres
días, depositaron hoy un sinnúmero de flores y encendieron velas en
memoria de los fallecidos.
Las víctimas de la tragedia del
teatro de Dubrovka aseguran que no pueden olvidar las casi 60 horas de
secuestro terrorista ni perdonarán a las autoridades supuestamente
responsables de la muerte de los rehenes y que hoy no participaron en
los actos conmemorativos.
Mientras, quedan sin respuesta las
numerosas preguntas en la sociedad rusa, en particular, la de cómo fue
posible un acto tan atrevido en una ciudad llena de policía y por qué
una operación de rescate que dejó sin vida a 130 rehenes, intoxicadas
con el gas empleado por las fuerzas especiales, es considerada exitosa
por las autoridades.
"¿Cómo se permitió la infiltración en
Moscú de una banda armada hasta los dientes, con fusiles y cinturones de
explosivos? ¿Cómo fue posible que entrasen en Moscú sin que se
percatasen las patrullas policiales?", declaró Tatiana Kárpova,
directora de la organización Nord-Ost que defiende los derechos de los
familiares de las víctimas.
Sentada en una silla de ruedas la
mujer, madre del fallecido músico Alexandr Kárpov, rememoró aquellos
trágicos sucesos y recordó cómo se había enterado de que su hijo estaba
entre los secuestrados en el teatro.
Kárpova recordó a una
chica que tras la muerte de Alexandr venía a la casa de su familia sin
que nadie la conociera para expresar sus condolencias.
Más
tarde ella reveló que era una de las actrices del teatro que conocía a
Alexandr y que asistió a los funerales de sus once amigos después del
desenlace del secuestro.
Tras la intervención de varios
familiares de las víctimas y activistas los organizadores del evento
lanzaron 130 globos en memoria de los fallecidos.
El 23 de
octubre de 2002, un comando chechén integrado por 40 terroristas
irrumpió en el Dubrovka y capturó como rehenes a 916 personas exigiendo
poner fin a la segunda guerra chechena.
El Kremlin se negó a
cumplir las exigencias de los terroristas y, después de tres días de
negociaciones, el 26 de octubre, las fuerzas de seguridad lanzaron una
operación de rescate en la que utilizaron un gas altamente tóxico
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