La más carismática de las componentes de
Pussy Riot, Nadezhda Tolokónnikova, fue trasladada esta semana a ese
penal de Mordovia, que está cerca de una pequeña aldea y acoge a reas
que cumplen sentencias por primera vez.
Zhogoleva aseguró que
la administración ejerce continuamente presión sobre las internas, entre
las que algunas consiguen comprarse un trato de privilegio.
"Las mujeres son utilizadas como mano de obra esclava y barata. Por
cierto, que ellas no trabajan ocho horas al día, como es norma, sino
mucho más", dijo.
Otro factor que contribuye al sufrimiento de
las presas son las bajas temperaturas, ya que la vestimenta que se les
permite llevar no las protege del frío invernal.
Según
informaron fuentes penitenciarias de Mordovia, que se encuentra a más de
600 kilómetros al este de Moscú, en esa prisión las reclusas se dedican
a confeccionar uniformes de trabajo para condiciones extremas.
"Ahora, (Tolokónnikova) se encuentra en un recinto de cuarentena junto
a otras once mujeres", informó Guennadi Morózov, presidente de la
Comisión de Observación Pública de Mordovia, a la agencia oficial
RIA-Nóvosti.
Morózov afirmó que, por el momento, nadie ha
presentado quejas contra los funcionarios de prisiones y que la famosa
reclusa ya se ha hecho amiga de sus compañeras de celda.
"Tiene buen aspecto y sonríe. No parece que esté cansada o que esté
sufriendo. Estará en cuarentena dos semanas, tras lo que la enviarán a
trabajar", puntualizó.
Mientras, la otra integrante
encarcelada de Pussy Riot, María Aliójina, ha sido enviada a la
penitenciaría 32 de Perm (Urales), aseguró Violetta Vólkova, abogada de
las dos jóvenes, a la agencia Interfax.
La ciudad de Perm en
su momento formó parte de la red de campos de trabajo o GULAG soviéticos
y está a más de 1.400 kilómetros de la capital rusa.
Tanto
Tolokónnikova como Aliójina habían solicitado cumplir sus penas en la
región de Moscú para poder estar más cerca de sus hijos, ya que la
primera tiene un niño de cinco años y la segunda una hija de cuatro.
El 10 de octubre una de las tres miembros de Pussy Riot condenadas a
prisión en agosto pasado, Yekaterina Samutsévich, recibió la libertad
condicional, pero sus dos compañeras vieron rechazados sus recursos.
Tolokónnikova y Aliójina mantienen su inocencia e insisten en que su
acción de febrero pasado en la catedral Cristo Salvador de Moscú tenía
fines políticos y no estaba dirigida contra los creyentes ortodoxos.
"Madre de Dios, echa a Putin", decía la canción interpretada en ese
templo y cuyo vídeo fue ampliamente difundido en internet, en el cual se
criticaba a la Iglesia por pedir el voto para el líder ruso, Vladímir
Putin, en vísperas de las elecciones presidenciales de marzo.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: