Las elecciones directas de los gobernadores
fueron abolidas en el primer mandato presidencial de Vladímir Putin, con
el argumento de que era necesario centralizar el poder ejecutivo para
hacer frente al terrorismo.
Rusia Unida también lideraba
cómodamente el escrutinio en las seis de las 83 entidades federadas en
que celebraron elecciones a las asambleas legislativas regionales.
Los comicios del domingo han sido los primeros desde la reforma
política impulsada por Medvédev antes de dejar en mayo pasado la
presidencia de Rusia, que liberalizó los requisitos para el registro de
los partidos y la inscripción de las candidaturas electorales.
"No le tenemos miedo a la democracia; la necesitamos para ser más
fuertes", dijo anoche el primer ministro ruso, tras destacar que aunque
en los comicios de ayer participaron más partidos políticos que en las
parlamentarias de diciembre pasado Rusia Unida consiguió mejores
resultados.
Sin embargo, inmediatamente después del cierre de
los colegios electorales, el Partido Comunista de Rusia (PCR), una de
las principales fuerzas opositoras, declaró que había documentado "cerca
de 400 irregularidades graves".
"No dejaremos impune ninguna
violación a legislación. Lucharemos por cada sufragio de los electores",
advirtió en rueda de prensa el secretario del Comité Central del PCR,
Serguéi Óbujov.
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