"La parte rusa insiste en que se expliquen
las causas de estas acciones de las autoridades turcas en relación a
ciudadanos rusos y en que se adopten medidas para impedir la repetición
de esos incidentes en el futuro", señalo el portavoz del Ministerio de
Asuntos Exteriores de Rusia, Alexandr Lukashévich.
En una
declaración publicada en la página web de la cancillería, el diplomático
expresó la preocupación de Rusia por el hecho que de el aterrizaje
forzado del avión "puso en peligro la seguridad y la vida de los
pasajeros, entre los cuales había 17 ciudadanos rusos".
El Gobierno turco, añadió, no informó a la embajada rusa en Ankara de que a bordo del avión retenido había ciudadanos rusos.
"Nos enteramos por los medios informativos digitales", dijo Lukashévich.
La víspera, un avión de la compañía Syrian Airlines, que volaba desde
Moscú a Damasco con 35 pasajeros a bordo, fue forzado por dos cazas
turcos a aterrizar en el aeropuerto de Ankara para una inspección.
Según el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, el aparato
fue obligado a aterrizar porque había "información secreta fiable" de
que transportaba carga ilegal.
Tras un retención de más de
nueve horas, la aeronave pudo reanudar su vuelo sin que las autoridades
turcas emitieran una declaración oficial sobre la supuesta carga ilegal
que llevaba a bordo.
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