Rusia no negociará la independencia de Abjasia y Osetia

El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, descartó hoy una posible negociación con el nuevo Gobierno de Georgia

Lavrov subrayó que "el destino de esas repúblicas fue decidido por sus pueblos que se manifestaron a favor de la independencia" de Georgia, según informan las agencias rusas.

El ministro ruso destacó que Moscú reconoció la secesión de abjasos y osetas ya que "se convenció a finales de agosto de 2008 de que ese era el único camino para garantizar la seguridad de Osetia del Sur y Abjasia, y, posiblemente, la supervivencia de sus pueblos".

Lavrov, quien destacó que en las recientes elecciones los georgianos "votaron por el cambio", expresó su confianza en que las nuevas autoridades de Georgia "mantengan una línea de normalización de las relaciones con todos sus socios, incluido Rusia, Abjasia y Osetia del Sur".

Además, subrayó que tanto Rusia como Osetia del Sur insisten en la firma con Georgia de un pacto de no agresión "que impediría la repetición de la aventura criminal de Tiflis de agosto de 2008" que desembocó en la guerra ruso-georgiana por el control de Osetia del Sur.

Al respecto, el actual primer ministro ruso y entonces presidente, Dmitri Medvédev, ha reconocido que uno de los principales motivos de que Rusia interviniera hace cinco años en Osetia del Sur fue frenar la expansión de la OTAN cerca de sus fronteras.

Mientras, Sanakoev aseguró hoy que Tsjinvali tiene intención de establecer unas relaciones de buena vecindad con el nuevo Gobierno de Tiflis, pero que seguirá insistiendo en que Georgia reconozca la independencia de Osetia del Sur.

El líder de la oposición georgiana y futuro primer ministro, Bidzin Ivanshvili, cuya coalición Sueño Georgiano ganó las recientes elecciones parlamentarias, asegura que su Gobierno no renunciará a recuperar Abjasia y Osetia del Sur.

Ivanishvili reconoce que Tiflis necesitará un mínimo de cinco años para recuperar la confianza entre ambas partes, para lo que abogó por restablecer los vínculos humanitarios, culturales y económicos.

En cuanto a Rusia, se mostró partidario de normalizar las relaciones que se rompieron después de que el Kremlin reconociera la independencia de las regiones separatistas, aunque mantiene sus planes de ingresar en la Alianza Atlántica.

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