Al mismo tiempo, otro 30 por ciento del
intercambio comercial es con la Unión Europea, recalcó Azárov, por lo
que Kiev también tiene mucho interés en un acuerdo de libre comercio con
los Veintisiete, que sería difícil si acepta la propuesta rusa.
Ucrania, según el primer ministro, no quiere tener que elegir entre las dos opciones, sino trabajar con ambos bloques.
La Unión Europea ha declarado que la firma del acuerdo de asociación
con Ucrania es poco probable en la situación actual, con la ex primera
ministra y líder opositora Yulia Timoshenko encarcelada y sin poder
concurrir a las elecciones parlamentarias.
Ya en 2011, poco
después de que la líder opositora fuera condenada a siete años de
prisión por abuso de poder, el Parlamento Europeo aprobó una resolución
en la que vinculaba directamente las perspectivas de Ucrania de
integrarse en la UE a la suerte de Timoshenko.
El Gobierno de
Azárov lleva tiempo presionando a Rusia para revisar el precio al que
paga el gas natural ruso según el contrato firmado en 2009, durante la
gestión de Timoshenko.
En ese acuerdo, considerado oneroso
para Ucrania por sus actuales autoridades, se basaron las acusaciones
que llevaron a la cárcel a la ex primera ministra.
Hace un
año, el viceprimer ministro primero de Ucrania, Andréi Klíuyev, apuntó
que su país paga 414 dólares por mil metros cúbicos de gas ruso puesto
en su frontera, tarifa que incluye un descuento de 100 dólares por el
uso del puerto ucraniano de Sebastópol por la Flota rusa del mar Negro.
Rusia y Ucrania protagonizaron en 2006 y 2009 dos "guerras del gas"
en las que incluso se llegó a cortar el suministro, lo que perjudicó a
los consumidores europeos y motivó agrias protestas por parte de la
Unión Europea.
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