Fotografía del escenario político ruso actual

Vladimir Ryzhkov, Mikhail Kasyanov, Boris Nemtsov. Fuente: Kommersant.

Vladimir Ryzhkov, Mikhail Kasyanov, Boris Nemtsov. Fuente: Kommersant.

Después de un largo periodo de estabilidad, el sistema político ruso ha pasado por una crisis para luego dirigirse hacia el camino de renovación. En la sociedad ha surgido una demanda de nuevos rostros y nuevos partidos políticos. Sin embargo, no ha desaparecido el principal problema de la oposición rusa: la desunión de fuerzas.

Desde diciembre del año pasado una gran cantidad de expertos hablan de una crisis política profunda en Rusia.  Las masivas protestas en la calle, las denuncias de fraude en las elecciones parlamentarias y la caída de la popularidad de Putin y de Medvédev durante algunos meses, hicieron que se agitaran tanto los partidarios del gobierno como los de la oposición.

"Independientemente de las posibles evoluciones de la crisis, parece imposible que se mantenga la estabilidad política y menos aún que se vuelva al status quo previo", constató a finales de mayo el Centro de Estudios Estratégicos creado por iniciativa del Presidente. 

Ciertamente los expertos tenían argumentos de peso para hacer declaraciones de este tipo.  Durante más de una década el escenario político 'oficial' en Rusia se ha ido estrechando paulatinamente. Los protagonistas cada vez son menos y entre los electores se ha ido asentando involuntariamente la sensación de que la oposición no es más que nominal. Un ejemplo claro son las elecciones parlamentarias del año pasado. Siete partidos se disputaban los escaños en la Duma, pero tan solo cuatro pasaron por el filtro de las elecciones, los mismos que se reunían en la pasada legislatura. Rusia Unida, Rusia Justa, los comunistas y el partido demócrata liberal,  cuatro partidos que no han cambiado desde 2007.

Los antiguos protagonistas

Poco antes de las elecciones parlamentarias del año pasado el director del Centro de información política, Alexéi Mujin, explicó a Rusia Hoy dos rasgos característicos del sistema político: un poder concentrado en manos del partido en el poder, Rusia Unida, y la ausencia de una demanda de partidos independientes. Además, en opinión de Mujin los electores no votaban por las ideas sino por los líderes. 

Un resultado lógico de este estrechamiento del espacio político ha sido el descenso del interés   por las elecciones en parte de un sector del electorado y el aumento del grado de desconfianza hacia los políticos en general. Hasta ahora la mayoría de los rusos (el 59 % según los datos del LevadavCenter) están convencidos de que "los políticos defienden solo sus propios intereses e ignoran la opinión de la gente, por lo que sus disputas no benefician en nada a la sociedad".

La respuesta a la crisis surgida en la primera mitad de 2012 fue la liberalización de la ley de partidos políticos y la aparición en la arena política de caras nuevas.

Caras nuevas

A principios del verano, más de 150 organizaciones entregaron la solicitud para registrarse: desde organizaciones nacionalistas y radicales de izquierda hasta partidarios de la vida sana. A finales de septiembre en la lista del Ministerio de justicia figuraban ya cuatro decenas de partidos registrados.

Una actividad como esta provocó el escepticismo no solo entre los expertos sino entre el electorado en general. De acuerdo con los datos de una encuesta de Levada Center, tan solo el 17 % de los electores creían que los nuevos partidos despertarían el interés de la población. La respuesta más popular fue: "Los nuevos partidos se crean para satisfacer las ambiciones de políticos regionales o municipales”.

Uno de los grandes competidores para el actual cuarteto es el Partido de la Libertad Nacional (PARNAS), creado por opositores con muchos años de experiencia, como Borís Nemtsov y Vladímir Rizhkov. Según los datos de las encuestas sociológicas los rusos de momento simpatizan con las fuerzas democráticas de la época del Presidente Borís Yeltsin. Sin embargo, ni Nemtsov ni Rizhkov han conseguido ningún éxito señalable en todo este tiempo.

También tienen ciertas perspectivas los nacionalistas rusos. Hasta ahora casi todos los intentos  por legalizarse habían sido en vano, pero el número de simpatizantes en la sociedad es bastante numeroso y si en lugar de algunas decenas de pequeñas organizaciones aparece en el panorama político una estructura sólida con consignas nacionalistas moderadas, habrá que contar con ella.

Un caso aparte es el partido del empresario Mijáil Prójorov 'Plataforma ciudadana'. Se diferencia del resto de estructuras políticas en que, según datos oficiales, ha obtenido el voto de casi seis millones de rusos en las elecciones presidenciales. Sin embargo, los expertos consideran que este triunfo puede volverse en contra del partido.  “Si el empresario decide distanciarse de esta estructura política su popularidad caería inmediatamente”, dice Alexei Mujin.

La voz de la calle

La oposición "sin partido", que convoca con regularidad una multitud de acciones de protesta en las principales ciudades, también se apoya en la personalidad de algunas personas.  Los líderes no oficiales de las protestas como Alexei Navalni  y Evguenia Chiríkova  consiguieron en diciembre del año pasado hacer lo que no consiguieron hacer ni los comunistas ni el LDPR, sacar a las calles a decenas de miles de personas.

El movimiento 'por unas elecciones limpias' surgió espontáneamente después de las elecciones parlamentarias y ahora los líderes de la protesta tienen ante sí una difícil tarea; por un lado,  consolidar la amalgama de grupos y personas dispares, a los que únicamente une el malestar con el actual gobierno, y por otro, crear una fuerza de oposición unida con un programa político definido y comprensible. 

Los miembros de la oposición tienen la esperanza de que se pueda resolver este problema creando un comité coordinador de oposición, cuyas elecciones están programadas para el 20-21 de octubre.

Sin embargo los expertos valoran con escepticismo las perspectivas de la alianza del radical de izquierda de Serguéi Udaltsov, la ecologista Evguenia Chiríkova, el poeta Dmitri Bikov, la presentadora de televisión Ksenia Sobchak, el luchador contra la corrupción Navalni y otras decenas de líderes de la protesta. Los activistas del movimiento tienen dos rasgos en común: todos son llamativos líderes con carisma y prácticamente ninguno de ellos es conocido fuera de los límites de Moscú y San Petersburgo. Prueba de esto es que los viejos opositores que participaron personalmente en las acciones de protesta boicotearon las elecciones en el comité coordinador.

"No comprendemos demasiado bien el sentido de este órgano y además no tenemos tiempo, ahora empieza la preparación de las elecciones municipales y las regionales del 14 de octubre", explica el presidente del partido 'Yábloko', Serguéi Mitrojin.

Por lo demás, a pesar de las dudosas perspectivas de los nuevos partidos, tanto el gobierno como la oposición han logrado el principal objetivo. Son pocos los expertos que hoy en día se arriesgan a proclamar el estancamiento del sistema político.  

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