"Ha cometido muchos errores y, si presenta su
dimisión, convoca elecciones presidenciales extraordinarias y, de
acuerdo con la nueva Constitución, se elige al próximo primer ministro,
todo irá bien", dijo Bidzin Ivanishvili, líder opositor, en rueda de
prensa.
El líder de la coalición Sueño Georgiano, que aglutina
a seis partidos opositores, advirtió de que, "de lo contrario, habrá no
pocos problemas".
Saakashvili, que llegó al poder en la
Revolución de las Rosas de 2003 y es el principal aliado de EEUU en el
Cáucaso, deberá dejar el poder ya el próximo año, ya que la Constitución
le impide presentarse a la reelección tras ostentar dos mandatos
consecutivos.
Algunos analistas habían sugerido la posibilidad
de que el líder georgiano asumiera el cargo de primer ministro en caso
de victoria del oficialista Movimiento Nacional Unido (MNU) en los
comicios del lunes, pero la victoria opositora frustró esos planes.
El propio Saakashvili reconoció hoy la clara victoria de la oposición
en las parlamentarias, pese a que el escrutinio aún no ha finalizado.
"Como líder del Movimiento Nacional Unido, declaro que el Movimiento
pasa a la oposición. Es obvio, según los resultados preliminares del
escrutinio, que en estas elecciones ha logrado la mayoría la coalición
Sueño Georgiano", afirmó Saakashvili en una intervención por la
televisión.
La coalición opositora lidera hoy el escrutinio
tanto por listas de partidos (77 escaños), como por circunscripciones
mayoritarias de un solo mandato (73).
Tras el escrutinio del
47,9 por ciento de las papeletas, la oposición lidera por listas de
partidos con el 54,1 por ciento de los sufragios, contra el 41,03 del
MNU.
Además, Sueño Georgiano ha ganado en 30 circunscripciones
de este país caucasiano, mientras el oficialismo ganó en 27, según los
datos incompletos.
Saakashvili subrayó que ahora "la nueva
mayoría parlamentaria debe formar el Gobierno", con lo que el nuevo
primer ministro será con toda seguridad un miembro de la oposición.
El líder georgiano afirmó que las ideas que defiende la oposición son
inadmisibles y desacertadas, pero aseguró que en democracia es la
mayoría la que toma las decisiones.
"Entre nosotros hay una
gran diferencia. La decisión la toma la mayoría del pueblo georgiano y
nosotros respetamos su elección", dijo Saakashvili, quien acusa a
Ivanishvili de defender los intereses de Rusia.
Según los
expertos, el partido del poder habría pagado muy caro el escándalo
causado por la reciente divulgación de un vídeo con imágenes de torturas
a reclusos en varias prisiones de Tiflis.
Las legislativas
son cruciales para el futuro de este país, que se convertirá en 2014 en
una república parlamentaria en la que el hombre fuerte ya no será el
presidente, sino el primer ministro, quien será elegido por la mayoría
parlamentaria y marcará los designios de la política interior y
exterior.
La misión de observadores internacionales liderada
por la OSCE validó hoy las elecciones como "democráticas" y
"competitivas", aunque matizó que "la campaña fue tensa y tuvo algunas
manifestaciones violentas".
Ivanishvili insistió hoy en que no
modificará la política de integración en la Unión Europea y en la OTAN,
pese a que Rusia ha advertido en muchas ocasiones de que no se quedará
con los brazos cruzados mientras los aliados ponen sus botas en el
Cáucaso.
"Por supuesto, queremos tener socios estratégicos,
entre ellos EEUU, pero queremos tener buenas relaciones con los vecinos,
ya que la política de buena vecindad es nuestra prioridad", dijo.
Ivanishvili criticó los delirios de grandeza de Saakashvili de
intentar convertir al pequeño país bañado por el mar Negro en un actor
mundial.
"Esa fue una política errónea. El nuevo Gobierno
tiene intención de ser un actor regional y entablar relaciones con los
vecinos, incluida Rusia", añadió.
Con respecto a Rusia,
Ivanishvili se propone restablecer las relaciones con el Kremlin, que
apostó desde un principio por la victoria del opositor, al que considera
un interlocutor mucho más manipulable que Saakashvili, con el que se
niega a dialogar.
Con todo, Ivanishvili ya ha advertido que
defenderá la integridad territorial de su país, es decir, no renunciará
al retorno al redil georgiano de las regiones separatistas de Abjasia y
Osetia del Sur, cuya independencia fue reconocida por Moscú en 2008.
El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, aseguró hoy que los
resultados de los comicios georgianos "demuestran que el pueblo de ese
país quiere cambios".
"Esto supone que en el Parlamento (georgiano) aparecerán fuerzas más constructivas y responsables", afirmó.
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