Centro de Moscú. Fuente: Flickr / stefan.klocek.
Los conductores de Rusia perderían su permiso de conducir no sólo en caso de infracciones graves, como la conducción en estado de embriaguez, sino también por incurrir sistemáticamente en faltas menores. Ésta es la iniciativa presentada por el partido Rusia Unida. En sustancia, la propuesta consiste en que, ante cada infracción de las normas, se aumente la severidad de las sanciones por los errores cometidos con posterioridad en la carretera.
Los diputados proponen que se enmiende el código administrativo; en concreto, el capítulo relacionado con las infracciones administrativas en el ámbito de la circulación, donde se inscribiría una escala de aumento de las multas ante cada infracción y el límite que, una vez traspasado, haría perder al conductor su permiso de conducir. El diputado de Rusia Unida, Viacheslav Lysakov, declaró a ‘Izvestia’ que esta medida es esencial para mejorar el comportamiento de los conductores.
“Un sistema similar se implantó en la época soviética y tuvo cierto éxito. Ahora, si el individuo comete una infracción, paga la multa. Si comete una segunda, una tercera, una cuarta e incluso una décima, sigue pagando la misma sanción económica que la primera vez. Por ejemplo, una persona conduce bajo la influencia de estupefacientes e irrumpe contra una parada de autobús. Bajo las ruedas de su coche muere una persona inocente. Al hacer indagaciones, se descubre que el conductor acumulaba ya cincuenta multas. Tal vez si se hubiera tomado en cuenta ese dato, la tragedia se habría podido evitar”, añade Lysakov.
Las sanciones se aplicarán a los conductores que hayan cometido infracciones especialmente graves, como invadir el carril contrario o rebasar el límite de velocidad. El diputado Alexánder Sidyakin apoyó a su colega de partido, estimando que un método de este tipo funcionaría de una manera eficaz si se elaborara un principio de igualdad entre la policía y el conductor frente al tribunal.
“En la actualidad, en un litigio entre un conductor y un policía, el tribunal tiende a dar mayor credibilidad a este último. Por eso, cuando aparezca el sistema de registros electrónicos, hará falta que en el seno del tribunal haya una competencia equitativa durante el proceso. Si en la carretera se sufre un abuso policial, podrás presentar pruebas o un testigo al tribunal, y el tribunal deberá estudiar y examinar cada una de las pruebas presentadas. De este modo, no puede haber temor a un registro equivocado ni a una privación ilegal del permiso”, explica Sidyakin.
Hace tiempo que un sistema parecido funciona con éxito en un gran número de países. Por ejemplo, en España, el conductor dispone de cierto número de puntos y ante cada infracción pierde algunos. En Reino Unido, por el contrario, ante cada infracción se recibe cierta cantidad de puntos. El resultado es el mismo: si durante el año el número de puntos llega a cero o bien se rebasa cierto nivel, se retira el permiso de conducir. Además, el precio del seguro aumenta según la cantidad de puntos y se vuelve más caro para el propietario del vehículo.
Yevgueni Fedorov, miembro del comité de la Duma de Estado para el Presupuesto e Impuestos, explica que este sistema permitirá suprimir la relación entre la severidad de la pena y la holgura financiera del conductor.
“El sistema actual de multas deja en realidad de funcionar para los conductores más ricos, que comienzan a prestar menos atención al sistema de multas y cometen infracciones con mayor frecuencia. En relación con esto, es necesario crear una motivación que se prolongue en el tiempo, así que la acumulación de faltas es la solución ideal”, declara Fedorov.
El diputado Andréi Kolesnik se muestra de acuerdo con sus colegas de la Duma y estima que el restablecimiento del viejo sistema soviético aumentaría la seguridad en las carreteras.
“Podemos desatar la ira de los conductores, pero es preciso introducir este sistema. Hay que disciplinar a los conductores temerarios. Si no te gustan las medidas estrictas, no cometas infracciones. Si el sistema de puntos permite limitar las infracciones, si permite salvar al menos una vida en la carretera, debe establecerse sin dudarlo un instante”, asegura Kolesnik.
Víktor Pojmelkin, presidente del movimiento de automovilistas de Rusia, se opone al retorno a un sistema de puntos y recuerda que fue él quien impulsó su abolición en Rusia.
“Fui el iniciador de la anulación del sistema de puntos, pues equivale a corrupción y pone al conductor en una situación de dependencia frente a la policía. En Rusia, cada año se retira el permiso de conducir a un millón de personas y ya hay más sanciones de las necesarias”, considera Pojmelkin. “En nuestra realidad, el regreso al sistema de puntos únicamente animará a los policías a aumentar sus honorarios, pero nada cambiará. En nuestro país no se cumplen las sanciones existentes. En consecuencia, hay que pensar en la manera en que se podría establecer un sistema en que las sanciones sí se aplicaran. Es necesario devolver a los inspectores de carretera la autoridad que perdieron hace mucho tiempo.
Experiencia Soviética
En la Unión Soviética existía un sistema por puntos (o, más bien, de agujeritos) para sancionar las infracciones en la carretera. El sistema era muy sencillo. Ante cada falta se perforaba el “talón de infracciones” (que iba junto con el permiso de conducir). A la tercera infracción, se procedía a la suspensión del permiso por un año. El sistema de 'agujeros' fue sustituido por un sistema por puntos.
Cada infracción se inscribía en el permiso de conducir temporal que el conductor llevaba consigo. Según la gravedad de la infracción, se inscribían los puntos atribuidos por el policía. Si el conductor acumulaba quince puntos en un año, se le retiraba el permiso por ese mismo periodo de tiempo. Con la liberación del Código de las infracciones administrativas este sistema se abandonó.
Artículo original publicado en ruso en Izvestia.
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