"Se ha perdido una gran oportunidad de llegar
a un acuerdo con Rusia", declararon las fuentes, que explicaron que la
delegación rusa "dio un golpe de efecto" y planteó la introducción de
diez enmiendas en la nueva resolución sobre Siria (la octava), afirmando
que "si se aceptaban, se abstendrían".
Una de las enmiendas
pedía citar textualmente en la resolución las acusaciones de crímenes de
guerra y crímenes contra la humanidad cometidos por la oposición
armada, tal y como las describió recientemente la comisión independiente
de investigación auspiciada por la ONU.
Según las fuentes,
esto hizo que la mayoría de los países árabes que promueven el texto que
se votará este viernes (Arabia Saudí, Turquía, Catar, Marruecos, Libia,
Túnez y Kuwait) rechazaran la oferta rusa por "sus vínculos con los
grupos de oposición".
"Esto es la excusa perfecta para que los
rusos puedan volver a votar 'no' a una resolución de condena, afirmando
que la resolución está desequilibrada y, por lo tanto, tiene un
trasfondo político", indicaron las fuentes.
El borrador de
resolución que se presentará en la última jornada de la XXI sesión
ordinaria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU "condena todo tipo
de violencia, al margen de su procedencia, incluidos los actos
terroristas" y hace un llamamiento "a todas las partes a poner fin a
todas las formas de violencia".
La controversia llega en el
cuarto punto de la resolución, que "condena totalmente las continuas,
generalizadas y sistemáticas graves violaciones de los derechos humanos y
libertades fundamentales por parte de las autoridades sirias y de la
Shabbiha, la milicia controlada por el Gobierno, así como el uso de
armamento pesado y fuerza contra civiles, matanzas, ejecuciones
arbitrarias, asesinatos extrajudiciales, asesinatos y persecución de
manifestantes, activistas de derechos humanos y periodistas, detenciones
arbitrarias, desapariciones forzadas, interferencia al acceso a los
cuidados médicos, tortura, violencia sexual y malos tratos, incluido en
el caso de niños".
El párrafo añade que también se condena
totalmente "cualquier abuso de los derechos humanos por parte de los
grupos armados de oposición", sin entrar a enumerar el tipo de abusos
atribuidos a los opositores.
Esta desproporción en la
percepción y definición de la violencia ejercida por parte del Gobierno
de Damasco y la oposición es lo que finalmente evitará que haya "un
cambio realmente cualitativo" en la orientación del voto en el seno del
Consejo de Derechos Humanos, cuyas votaciones en las siete ocasiones
anteriores en las que se ha condenado a Siria han sido prácticamente
calcadas, con Rusia, China y Cuba votando en contra.
En la
última actualización del trabajo de la comisión de investigación que
preside el brasileño Paulo Sergio Pinheiro se puso de manifiesto que los
grupos de la oposición han cometido graves violaciones de derechos
fundamentales, incluidos crímenes de guerra, si bien en menor gravedad y
frecuencia que el Gobierno.
La resolución que aprobará el
viernes el Consejo de Derechos Humanos deberá ratificar asimismo la
extensión del mandato de la comisión de investigación, de la que forma
parte también la jurista estadounidense Karen Abu Zayd.
En los
últimos meses se ha hablado de la posibilidad de que la suiza Carla del
Ponte, conocida internacionalmente por su papel como Fiscal General del
Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, se integre en
la comisión a propuesta del Gobierno de Berna, aunque las fuentes
indicaron que su figura despierta recelo en diversas capitales.
La fórmula más probable para la continuidad de la comisión, que aún no
ha podido visitar Siria, es que se prorrogue su trabajo hasta la sesión
que el Consejo de Derechos Humanos celebrará en marzo, y que en torno a
Navidad presente una nueva actualización de sus pesquisas.
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