Juncker, que se encuentra de visita oficial
en Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el
primer ministro, Dmitri Medvédev, señaló que no comparte esa postura.
"Nada resultará si las dos partes no avanzan en la misma dirección.
La cuestión de los visados no es sólo simbólica, sino también práctica",
dijo el primer ministro de Luxemburgo.
A pesar de que es un
tema que se negocia desde hace tiempo entre Moscú y Bruselas, las partes
no han logrado superar los escollos que existen, sobre todo por la
irreconciliable postura de algunos socios europeos.
Mientras
Rusia insiste en agilizar la aprobación de un régimen bilateral sin
visados, los Veintisiete se remiten a problemas técnicos que detienen el
avance, aunque los temores de algunos socios están más relacionados con
la inmigración descontrolada y la entrada de elementos criminales en la
UE.
El Gobierno ruso cree que los visados entre las dos
potencias serán suprimidos hacia 2014, como señaló hace unos días el
viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Alexandr Grushko, que expresó
la esperanza de que se logre antes de las Olimpiadas de invierno que se
celebrarán ese año en Sochi.
Juncker, por su parte, apuntó que
"hay que entender que cuando los políticos prometen que algo va a
suceder muy pronto es que en realidad todavía va a pasar algún tiempo".
Tras la última cumbre bilateral Rusia-UE, celebrada el pasado mes de
junio en la ciudad rusa de San Petersburgo, el presidente ruso dijo que
"la auténtica cooperación es imposible mientras existen barreras de
visados para los ciudadanos de nuestros países
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: