El equilibrio internacional de divisas se dirige hacia los países emergentes

Dibujado por Natalia Mijailenko

Dibujado por Natalia Mijailenko

Los últimos datos del FMI muestran que tan solo ha habido ligeros cambios en la composición de las reservas mundiales. Por el momento, el dólar estadounidense mantiene su papel como líder en divisa de reservas con un 62 % del total, aunque está claramente en una tendencia gradual de declive. El papel del rublo a nivel internacional podría aumentar así como el de otros países emergentes.

La crisis de la eurozona ha afectado ligeramente a la cantidad depositada en euros, aunque no demasiado. Las reservas en esta moneda son de alrededor de un 25 %. La incertidumbre que rodea al futuro de la unión monetaria ha provocado una pérdida de confianza y esto se ha reflejado en la presión periódica sobre el euro, especialmente en muchos de los mercados de bonos de la eurozona sobre los que no ha cedido la creciente y persistente presión sobre los bonos (y también la extensión contra el bono alemán) hasta que el Banco Central Europeo no anunció sus nuevos planes de compra de bonos el 6 de septiembre. Esto ha generado presiones para muchos gobiernos, especialmente los de España e Italia.

La pérdida de confianza también es evidente en la huida de depósitos de bancos en el 'sur' a refugios en el 'norte'. Proyectando hacia el futuro, en gran parte todo depende de la habilidad de los políticos de la eurozona para resolver la crisis bancaria y de la deuda, en lo que se refiere al futuros desarrollo de las reservas mundiales. Sin embargo, los problemas de deuda soberana no son exclusivos de Europa. Los EE UU se enfrentan a un enorme reto ya que su posición monetaria es insostenible y la relación entre deuda federal y PIB (73 %) está en su valor más alto desde 1950. Fracasar en esto después de las elecciones presidenciales en EE UU en noviembre, podría provocar un descenso de los índices de crédito para la deuda soberana así como una volatilidad adversa de la tasa interés y la debilidad del dólar estadounidense.

En caso de una ruptura en la unión monetaria, el riesgo inmediato que enfrentarán los inversores será la entrada de nuevas divisas (o más correctamente, la vuelta de las divisas nacionales que existían antes del euro). Esto depende en gran parte de cómo de fragmentada quede la unión monetaria. Si solo sale Grecia, el euro continuará y este país reintroducirá el dracma, que probablemente se vea depreciado de forma significativa. Si el contagio se extiende, entonces puede que lo abandonen otros países como España e Italia.

Para que esto suceda tendría que haber un desplome político (o que se votara a nuevos gobernantes que tuvieran un claro mandato de salir del euro). Si España e Italia se fueran, supondría un gran interrogante sobre la viabilidad del euro, podría convertirse en la moneda de un bloque del norte dominado por Alemania. Por supuesto, hay otro escenario que implica la salida de Alemania aunque, por razones históricas, puede que no quiera que la vean como la responsable de destrozar el 'proyecto' europeo.Además, sería posible que el nuevo marco alemán aumentase de precio rápidamente y dañase la competitividad de las exportaciones alemanas y sus expectativas de crecimiento económico.

En cualquier caso, el sistema monetario internacional está evolucionando hacia un sistema de divisas multipolar que refleja los cambios en la economía global en los últimos 15-20 años, donde el centro de gravedad ha pasado de oeste a este.  Hoy en día las llamadas economías 'emergentes' tienen una contribución significativa en el crecimiento económico global y el comercio mundial. A medida que estas economías se expanden también lo hará la importancia de sus divisas. Pero el estatus de divisa de reserva es una función no solo del tamaño económico sino de la liquidez y la transparencia en los mercados monetarios y de capital, con total convertibilidad en la balanza de pagos en la cuenta de capital.  En esta situación, las divisas asiáticas, como el yuan, podrían simplemente convertirse en una de las divisas de inversión y comercio en Asia. 

El papel del rublo ruso en la economía mundial puede que también crezca. Vemos unas condiciones previas sólidas para que el rublo se convierta en una divisa de reserva regional en los próximos años. La economía rusa ha mantenido un índice de crecimiento positivo moderado pero constante de entre el 3% y el 5 % desde la crisis de 2008-2009. El peso de la deuda es el más conservador entre los países del G20 con tan solo un 10 % del PIB, siendo la mayor parte de la deuda denominada en rublos. La política presupuestaria rusa ha sido lo suficientemente prudente en los últimos años y no tiene déficit presupuestario (un 1,4 % de superávit presupuestario en lo que va de año). La balanza de pagos de Rusia se mantiene en positivo principalmente debido al superávit en la cuenta corriente de materias primas.

Como resultado de esto las reservas de Rusia han tenido una constante tendencia de recuperación desde el inicio de la crisis de 2008-2009 y actualmente el Banco Central de Rusia tiene la tercera mayor reserva del mundo. Rusia no tiene controles de capital desde 2007 e incluso durante el crack de 2008-2009 las autoridades no tuvieron intención de volverlo a implantar. La política monetaria se ha focalizado en los últimos años en la inflación y actualmente el Banco Central opera prácticamente bajo un régimen de cambio flotante. De modo que la volatilidad de la tasa de interés se ha reducido y el Banco Central de Rusia está en una mejor situación para mantener la inflación bajo control. Durante los últimos años la inflación ha pasado de dos dígitos a 6,3 % en 2011 y se prevé que esté alrededor del 7 % este año.

El aumento de la importancia del rublo es reflejo de la fortaleza general de la propuesta de inversión de Rusia, especialmente cuando se contrasta con los actuales retos que enfrenta la eurozona. El foro de inversión 'Russia Calling!' de VTB Capital en el que se juntarán líderes mundiales en inversión, inversores y políticos para explorar las oportunidades de inversión es un buen ejemplo de la creciente importancia de Moscú como un centro financiero internacional.

Los reguladores de Rusia también han estado trabajando duro para mejorar la infraestructura del mercado de bonos local. El tope asciende a casi 300 billones de dólares. Para finales de año abrirá sus puertas el Depósito Central de Valores en Rusia y los no residentes podrán ser titulares de cuentas nominales. Esta mejora crea las condiciones previas necesarias para que las principales cámaras de compensación internacionales comiencen a operar con bonos rusos. De tal forma que el proceso de los bonos locales, denominados en rublos, estará en línea con las buenas prácticas internacionales en los próximos meses.

Nikolái Podguzov, director de Investigación sobre Renta Fija en VTB Capital

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