Anna Kournikova: la estrella que no se desvanece

Anna Kournikova. Fuente: Reuters / Vostock Photo.

Anna Kournikova. Fuente: Reuters / Vostock Photo.

Anna Kournikova finalizó su carrera como tenista hace diez años, pero sigue atrayendo más atención que algunos jugadores en activo. Kurni (como la llaman sus fans) ha sido un sex symbol, un virus informático y una combinación de póker

A menudo, se sigue culpando a Kournikova porque podría haberse convertido en una excelente jugadora de tenis, pero no lo hizo; porque abandonó su prometedora carrera demasiado temprano, rindiéndose a las tentaciones del mundo del espectáculo; porque su condición no está labrada para el trabajo duro de la pista, sino para la publicidad, para la que posee un don: piernas largas y un impresionante pelo dorado.

Pero, tras el final de su carrera deportiva, Kournikova demostró ser única. "Perdóname por ser así, como soy", responde siempre a sus críticos.

La carrera de Kournikova en el mundo del tenis tuvo comienzos prometedores. Cogió por primera vez una raqueta a la edad de cinco años. El tenis le gustó de inmediato, pero durante mucho tiempo lo consideró un hobby. A los siete años Kournikova se dio cuenta de que tenía un talento extraordinario. Aquí comenzaría una formación más seria y, un año después, ganaría el abierto de tenis celebrado en Moscú. En este momento, Kournikova también comienza a participar en torneos en el extranjero. Cuando tenía 10 años, Kournikova recibió una beca de la famosa academia de tenis Bollettieri en Florida, EE UU.

En 1991, Anna se mudó con su madre a Estados Unidos, donde causó una impresión imborrable en Nick Bollettieri, uno de los entrenadores más destacados. Hablando de ella, incluso llegó a decir: "Anya es la mejor entre las jóvenes promesas del tenis. Hemos visto jugar a Agassi, Courier, Seles... pero como juega Kournikova, me llena de indescriptible alegría".

El éxito fue inmediato. A los 14 años, Kournikova se convirtió en la jugadora más joven en ganar un partido en la Copa Federación; a los 15, fue considerada la campeona del mundo en categoría junior. A los 16 años, en su primer intento, llegó a las semifinales de Wimbledon (lo que fue posible sólo gracias a Chris Evert), y la primavera siguiente se convirtió (y sigue siendo) en la única tenista en la historia en superar en cuatro días a cuatro rivales del Top 10.

Al cabo de tres meses Kournikova derrotó en la hierba a Steffi Graf, una proeza que, en los 90 solo lograron otras dos jugadoras. A los 19, su primera temporada y la última terminó en el top 10, y su gloria fugaz en el tenis llegó a su fin. Después de un par de temporadas, todavía ganó el dobles del Open de Australia, pero las expectativas de quienes veían en ella la siguiente gran campeona no se hicieron realidad.

"El tenis es mi vida, lo practico todos los días. Pero no puedo volver al tenis profesional. Tuve varias fracturas de pierna, me torcí la rodilla y me dolía la espalda", admitió una vez a los periodistas Kournikova.

Sin embargo, aunque el tenis no fuera para los más importante en su vida, le sirvió como punto de partida. En el momento en que terminó su carrera deportiva, había dejado de ser sólo una jugadora de tenis y representaba una marca global.

 

A los 22 se las había arreglado no sólo para salir en la lista Forbes de los más ricos y en la revista 'People' de las personas más bellas del mundo sino que también había protagonizado una película con el actor estadounidense Jim Carrey y se había convertido en 'la mujer más sexy del mundo'. Kournikova cotizó en el Nasdaq y presentó la ceremonia de los World Music Awards.  

En 2001, una epidemia viral que utilizaba como cebo la frase 'Fotos más recientes de Kournikova', atacó la web. Un poco más tarde, el término en argot para una combinación de un as y un rey en el póker fue bautizado como 'Anna Kournikova' porque, según el autor del neologismo, “pinta bien, pero rara vez gana".

Ahora vive en Miami con su novio, el famoso cantante Enrique Iglesias, a quien conoció en 2002 en el rodaje del videoclip de la exitosa canción 'Escape'. Ella dice que es muy feliz: "Tenemos dos perros, y todavía no pensamos en niños. Quisiera tener hijos: nuestros o adoptado. Pero sólo tengo 31 años, todavía hay tiempo ", explicó en una reciente entrevista para la revista española SModa.

Kournikova sigue asistiendo a eventos sociales y a veces posa en sesiones de fotos para revistas. Pero la estrella lo deja claro: todo ello no tiene importancia. Le ofrecieron dirigir el popular proyecto estadounidense 'The Biggest Looser', pero se negó diciendo que no quería tener que trasladarse a Los Angeles. "Me encanta la vela, cenar con los amigos, tumbarme en el sofá viendo la tele. Soy feliz en Miami", se limitó a decir Kournikova.

Kournikova se ha volcado en promover los estilos de vida activos y saludables, especialmente entre los jóvenes estadounidenses. Junto con el popular canal de televisión de dibujos animados Cartoon Network, se puso en marcha una campaña cuyo objetivo era animar a los niños a no pasar las vacaciones de verano en el sofá, y participar no solo en deportes sino en cualquier juego activo.

Anna ha trabajado con organizaciones benéficas: con las delegaciones de 'Population Services Internacional' visitó diferentes ciudades de Rusia describiendo los peligros del SIDA, y se involucró personalmente en una misión contra la malaria en Haití. Además, a través de la 'United Service Organizations', recorre las bases militares de Estados Unidos para levantar el ánimo de los militares.

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