Rusia espera que la nueva investigación esclarezca la muerte de Litvinenko

"Si se ha tomado la decisión de reanudar la investigación judicial, esperamos que ésta ofrezca una imagen clara de lo sucedido y se revelen todos los hechos necesarios para establecer la verdad", afirmó hoy en rueda de prensa Alexandr Lukashévich, portavoz de la Cancillería rusa, al referirse al anuncio de un juez forense londinense para retomar el caso.

El diplomático ruso explicó que la Fiscalía General y el Comité de Instrucción de Rusia trabajan también para aclarar todas las circunstancias que rodearon la muerte de Litvinenko.

Sobre Andrei Lugovói, diputado ruso y principal sospecho de la muerte de Litvinenko, el portavoz, citado por las agencias locales, recordó que este se sometió a un detector de mentiras para despejar dudas.

El caso de Logovói "como yo lo veo, en gran medida ya está cerrado, ya que esa persona se sometió al detector de mentiras y, considero, que esto no debe despertar ninguna duda", dijo y añadió que el diputado "dio ese paso para demostrar una vez más su inocencia".

Lugovói, que tiene inmunidad parlamentaria, se sometió en abril pasado al detector de mentiras, prueba que superó exitosamente al responder con un "no" a las preguntas sobre si había tenido algo que ver con la muerte de Litvinenko, según los expertos británicos.

Un juez forense dispuso hoy en Londres que la investigación judicial sobre el fallecimiento de Litvinenko comenzará "lo antes posible en 2013".

La investigación judicial, que comenzó hace seis años y se postergó hasta que acabara la pesquisa policial, es muy esperada por su viuda, Marina, y su hijo, Anatoli, quienes acusan al presidente ruso, Vladímir Putin, de estar detrás de la muerte de Litvinenko.

Los abogados de Marina Litvinenko manifestaron hoy que ésta desea saber si el fallecimiento de su marido "fue un asesinato premeditado de un ciudadano británico cometido por un Estado extranjero en territorio soberano del Reino Unido".

La Fiscalía británica apunta a Lugovói, también antiguo espía ruso, como el principal sospechoso del asesinato de Litvinenko, caso que causó en su momento un gran revuelo internacional, y exige su extradición.

El año pasado, el entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, aseguró al primer ministro del Reino Unido, David Cameron, que Rusia nunca extraditará a un ciudadano nacional, ya que lo prohíbe la Constitución.

El 1 de noviembre de 2006, tras reunirse con Lugovói, Litvinenko cayó enfermo y fue ingresado en un hospital de Londres, donde murió el día 23 de ese mismo mes, debido a las altas dosis en su organismo de polonio 210, una sustancia radiactiva

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