"Asumo la responsabilidad política y solicito
que acepte mi dimisión", escribió Kalmajelidze al primer ministro,
Ivané Merabishvili, informaron las agencias locales.
Las
imágenes de las torturas desataron una ola de protestas espontáneas en
Tiflis y otras ciudades de Georgia, que se prologaron hasta altas horas
de la madrugada.
Varios miles de personas salieron a las
calles de la capital georgiana para expresar su indignación y exigir la
destitución de Kalmajelidze, así como la del ministro del Interior,
Bachán Ajalaia.
"Estoy indignado y conmocionado", dijo el
presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, en un mensaje a la población
emitido en directo por la televisión.
El jefe del Estado prometió castigar severamente a los responsables de los abusos en las prisiones del país.
Las imágenes de las torturas, abusos e, incluso, violaciones de
reclusos fueron grabadas en secreto durante dos años por un funcionario
de la prisión, Vladímir Bedukidze, quien se refugió en Bélgica.
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