Putin criticó con dureza el hecho de que
varios de los puntos contenidos en los decretos que emitió nada más
asumir el cargo el pasado 7 de mayo "simplemente no han sido cumplidos"
y, además, "tampoco se han presentado propuestas" alternativas.
"Si se deja todo como está (...), los decretos no se cumplirán. Ya lo
estoy viendo. Si no se cumple algo de lo que ha sido planificado,
alguien debe asumir su responsabilidad", apuntó, en alusión a los
ministros de Desarrollo Regional, Oleg Govorún, y Trabajo, Maxim
Topilin.
El jefe del Kremlin urgió al Ejecutivo a poner en
práctica el contenido de esos decretos, que se centran en su mayoría en
la política social y que calificó de "fundamentales" para el país.
"Les quiero decir que esto no puede ser así y que no lo será (...)
Hay que cumplir las obligaciones sociales contraídas con los
ciudadanos", advirtió.
En concreto, Putin aludió al programa
de desarrollo de Siberia y el Lejano Oriente ruso, la concesión de
hipotecas a los sectores más desfavorecidos y a la mejoría de las
condiciones de la vivienda para las familias numerosas.
Putin
mostró su "sorpresa" porque el proyecto de presupuesto no contemple la
reforma del sistema de pensiones, piedra angular de su programa
electoral y "una de las principales tareas de la economía nacional".
"Hoy es día 18. Acordamos que antes de finales de septiembre se
presentarían propuestas por escrito al Gobierno para el desarrollo del
sistema de pensiones. Por ahora, no las hay", dijo.
El líder
ruso llamó al Ejecutivo a tener en cuenta los intereses de las regiones
en lo que se refiere a la economía, política social, educación, sanidad,
infraestructura, construcción de carreteras y defensa.
El
proyecto presentado hoy por el Ministerio de Finanzas se plantea como
objetivo para el próximo trienio reducir el déficit presupuestario el
próximo año del 1,5 % del Productor Interior Bruto al 0,8 %.
Para ello, propone una considerable reducción de los gastos estatales en
educación, cultura, sanidad e infraestructuras comunales.
Precisamente, Putin hizo antes de las elecciones presidenciales de marzo
unas generosas promesas electorales que el Banco Central estimó en más
de 170.000 millones de dólares y que los analistas pronosticaron que
supondrían un gasto equivalente al 1,5 % del PIB.
Entre otras
cosas, Putin garantizó una notable mejoría de su situación a
pensionistas, maestros, veteranos de guerra, universitarios, médicos,
soldados y familias numerosas.
Putin, que ordenó la creación
de 25 millones de puestos de trabajo para 2018, hizo oídos sordos a las
advertencias de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional,
Christine Lagarde, que a finales del pasado año le aconsejó que no
incrementara el gasto público.
El nuevo contrato social entre
Putin y el pueblo ruso incluye el gasto de 116.000 millones de dólares
sólo en multiplicar durante los próximos seis años los sueldos de los
profesores, uno de los sectores peor pagados, hasta duplicar el salario
medio nacional
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: