Medvédev subrayó que Rusia aboga por que
"Moldavia sea fuerte, un país independiente con todos los atributos de
un Estado, incluido uno tan importante como es la soberanía estatal".
Para ello, el jefe del Gobierno ruso insistió en que a Moscú le
gustaría que las negociaciones de paz con Cisdniéster, región de mayoría
rusa y ucraniana, avanzaran a un mayor ritmo.
"Nosotros aportaremos nuestro granito de arena. Estamos también dispuestos a discutir abiertamente este asunto", dijo.
Por su parte, Filat agradeció la postura de las autoridades rusas en
relación a la integridad territorial moldava, aunque reconoció que el
proceso de negociaciones con los separatistas "efectivamente, no es nada
fácil".
Moscú ha sido acusado en muchas ocasiones por
Moldavia de defender al régimen separatista y de intentar crear -como en
las regiones georgianas de Osetia del Sur y Abjasia- un protectorado en
ese pequeño territorio, que rompió lazos con Chisinau hace 20 años tras
una guerra civil en la que contó con ayuda rusa.
Medvédev
intentó reavivar el proceso de negociación entre ambas partes cuando
asumió el poder en el Kremlin en 2008, aunque sus labores de mediación
fueron infructuosas.
Precisamente, mañana y pasado se celebra
en Viena la quinta ronda de negociaciones multipartitas desde su
reanudación a finales de 2011 tras un paréntesis de más de cinco años.
Las conversaciones se celebrarán en el formato 5+2, conformado por
las dos partes en conflicto y los cinco mediadores internacionales:
Rusia, Ucrania, Estados Unidos, la OSCE y la UE.
Cisdniéster
insiste en fomentar primero la cooperación económica y humanitaria, y
solucionar el problema de la libre circulación de ciudadanos por ambos
territorios como medidas de confianza, antes de entrar a discutir las
cuestiones políticas del conflicto.
Recientemente, la
canciller alemana, Angela Merkel, propuso conceder una autonomía
especial a la región separatista moldava de Cisdniéster "en el marco de
la integridad territorial de Moldavia y las fronteras internacionales".
Desde el final de aquella contienda, que costó la vida a centenares
de personas, Moldavia aboga por la integración de los dos territorios
separados por el río Dniéster, a lo que siempre se han negado los
separatistas.
Rusia, que cuenta con unos 1.350 soldados en la
zona desde 1993, defiende la integridad territorial moldava, pero
también la concesión de un estatus especial a Cisdniéster, como
condiciones para el arreglo del problema.
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