A finales de agosto, la Justicia húngara
extraditó a Baku a un exmilitar azerbaiyano, quien había sido condenado
por asesinar en Hungría a un militar armenio durante un ejercicio de la
OTAN y fue puesto en libertad nada más llegar a su país.
Armenia respondió a este acto con la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Hungría.
Desde entonces, el ejecutivo de Orbán ha calificado como
"inaceptable" la liberación del condenado y ha presentado una queja al
embajador azerbaiyano en Budapest.
Orbán agregó hoy que antes
de extraditar al exmilitar para que cumpla su condena en su país de
origen, el gobierno húngaro escuchó sendas recomendaciones de los
ministerios de Interior y Exteriores.
Por otra parte, el
portal informativo origo.hu cita hoy a fuentes gubernamentales que
afirman que la decisión de mandar al condenado a Azerbaiyán fue tomada
por el propio Orbán.
Algunos medios de comunicación húngaros
han hecho conjeturas sobre la posibilidad de que a cambio del envío del
exmilitar a Azerbaiyán, el país caucásico se habría comprometido a
comprar bonos de Estado de Hungría, un país que sufre desde hace años
una fuerte crisis económica.
Armenia y Azerbaiyán, dos exrepúblicas soviéticas, están enfrentadas desde hace décadas por el enclave de Nagorno Karabaj.
Entre 1991 y 1994 estuvieron en guerra por este territorio que se
encuentra dentro de Azerbaiyán aunque está habitado por armenios.
El conflicto bélico, que se cobró las vidas de unas 25.000 personas, acabó con la ocupación armenia del enclave.
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