la selección, ahora bajo el mando de Fabio Capello, ganó a Irlanda del Norte (2-0) el pasado día 7 de septiembre. Fuente: Serguei Savostianov / Rossiiskaia Gazeta
Después de cambiar de técnico, la selección rusa de fútbol ha cambiado también de presidente. Nikolái Tolstij se convirtió en el nuevo mandatario el pasado 3 de septiembre. Veterano del fútbol, fundador y presidente de la Liga rusa en los años 90, Tolstij es conocido por su integridad y actitud crítica hacia muchas de las iniciativas de los técnicos de los clubes de Rusia. Por eso, existe el peligro de que este partidario de las medidas drásticas tenga problemas con los grandes equipos, cuyos intereses no siempre se corresponden con los de la selección.
Tolstij ya ha declarado que la principal tarea en la que deben centrarse es en conseguir que la selección de Rusia esté entre las favoritas en el Mundial de 2018, del que Rusia será el organizador. Para ello debería cambiar de manera radical la situación del fútbol infantil y juvenil, desde un sistema puramente vertical a uno basado en la educación de jóvenes talentos para que lleguen a ser futuras estrellas del fútbol europeo. A pesar de que el equipo juvenil, bajo el mando del campeón del mundo de fútbol playa Nikolái Pisarev, está a un paso de convertirse en un equipo destacado a nivel europeo después de la victoria el 6 de septiembre ante los polacos (4-1), algo que no habían podido lograr en 15 años, la reconstrucción del fútbol base implica un trabajo enorme.
Por su parte, la selección, ahora bajo el mando de Fabio Capello, ganó a Irlanda del Norte (2-0) el pasado día 7 de septiembre y mañana jugará contra Israel, en partidos correspondientes a la ronda clasificatoria para el Mundial de 2014 en Brasil. La principal novedad es que Andréi Arshavin, el capitán y jugador más popular no ha sido convocado. Tampoco han entrado en la lista Yuri Zhirkov, Román Pavliuchenko y Pável Pogrebnyak, en cambio sí que lo han hecho jugadores jóvenes. El centrocampista del Zenit, Ígor Denisov, ha sido elegido capitán. El Portugal de Cristiano Ronaldo será el principal rival de los rusos en esta ronda clasificatoria.
Mientras tanto, es en el país luso donde los equipos rusos han encontrado sus nuevos fichajes de renombre. El Zenit de San Petersburgo ha pagado 80 millones de euros por el brasileño Hulk del Oporto y el belga Axel Witsel del Benfica. Otro participante en la Liga de Campeones, el Spartak, también está dispuesto a dar sorpresas este año. El equipo, bajo las órdenes del español Unai Emery, ha conseguido meterse en la Liga de Campeones tras varios intentos fallidos y ha fichado al brasileño Romulo, al argentino Juan Manuel Insaurralde, al español José Manuel Jurado y al sueco Kim Chelstrem. Pronto veremos los resultados de este nuevo Spartak en un duro grupo conformado por el Barcelona, el Benfica y el Celtic. El Zenit se encuentra en una situación más favorable compartiendo grupo con el Milan, el Málaga y el Anderlecht.
el brasileño Hulk del Oporto. Fuente: Legion Media
En la Liga Europa quedan sólo dos equipos rusos tras la derrota del CSKA ante el modesto equipo sueco AIK. Uno de ellos es el experimentado Rubín que se encuentra en un momento fuerte y que jugará contra el Partizán de Belgrado. Pretende conseguir como mínimo el segundo puesto en su grupo, donde también tendrá que enfrentarse al Inter de Milán y al Neftchi de Bakú. El otro equipo, el Anzhi de Majachkalá, entrenado por el holandés Guus Hiddink y que cuenta con jugadores como Samuel Eto'o o Lass Diarra, se enfrentará al Liverpool, al Unidese y al Young Boys suizo.
Lo cierto es que comienza un otoño ajetreado en cuanto a fútbol.
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