Según Lébedev, la UFR, que se define como una
organización social, quebranta sus propios estatus al "adoptar
decisiones de dudosa eficacia en las que se gastan decenas de millones
de rublos de los presupuestos del Estado".
"Es evidente la
desproporción entre los gastos en la contratación de varios entrenadores
extranjeros y los recursos que se destinan al desarrollo del fútbol en
el país", argumentó el parlamentario, quien pidió investigar esta
situación no sólo a la CC, sino también a la Fiscalía General de Rusia.
El vicepresidente de la Duma indicó que tras la reciente dimisión de
Serguéi Fúrsenko de su cargo del presidente de UFR, motivada por fracaso
de las selección rusa en la pasada Eurocopa, en la prensa han aparecido
informaciones de que el organismo rector del fútbol ruso tiene
cuantiosas deudas.
Con anterioridad a Capello, estuvieron al
frente de la selección rusa los técnicos holandeses Dick Advocaat y Guus
Hiddink, ambos con contratos multimillonarios.
A las
denuncias de Lébedev, diputado por el ultranacionalista Partido Liberal
Democrático de Rusia, la URF declaró que el contrato con Capello "es
menos oneroso en el plano financiero" que con los anteriores técnicos
extranjeros.
La Cámara de Cuentas es un órgano de control
financiero dependiente del Parlamento que fiscaliza el cumplimiento de
los presupuestos generales del Estado.
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