“La OMC no es una varita mágica”

Maxim Medvedkov, director del Departamento de Negociaciones Comerciales del Ministerio de Economía y Desarrollo. Fuente: Alexander Utkin / Ria

Maxim Medvedkov, director del Departamento de Negociaciones Comerciales del Ministerio de Economía y Desarrollo. Fuente: Alexander Utkin / Ria

Rusia se ha convertido en miembro de pleno derecho de la Organización Mundial de Comercio. Maxim Medvedkov, director del Departamento de Negociaciones Comerciales del Ministerio de Economía y Desarrollo, habla de las causas por las que el proceso de adhesión se ha prolongado durante 18 años, cuánto personal se necesita para trabajar en las nuevas condiciones y si se llevarán a juicio las medidas adoptadas por Rusia para proteger a determinadas industrias que se han visto afectadas por el ingreso.

Las negociaciones para acceder a la OMC se han prolongado durante 18 años. Usted, como persona que ha tomado parte en este proceso directamente, ¿podría recordar los momentos más notables? ¿Cuáles fueron los principales problemas? ¿Cómo se superaron?

 

Ha habido muchos momentos notables y también periodos oscuros. Todo se desarrollaba de manera habitual, pero con una excepción: era muy difícil planificar el proceso de negociación.  Influyeron muchos factores, tanto internos como externos, y predecirlos era imposible.

 

Además, las negociaciones sobre la adhesión fueron significativamente diferentes a las negociaciones comerciales habituales; como cualquier país que se adhiera a la OMC estamos condenados a hacer concesiones unilaterales. La reciprocidad consistía simplemente en que el país candidato debía convencer a los miembros de la OMC de que las concesiones ofrecidas eran razonables y adecuadas, y a cambio recibía el consentimiento para el cierre de las negociaciones. Y había docenas de tales direcciones.

 

 Está previsto desarrollar, hacia otoño, una estrategia para proteger los intereses nacionales de Rusia en la OMC. ¿Cuál es la esencia de esta estrategia? ¿Qué debe contener?

 

El proyecto de la estrategia ya está preparado. Se definen los elementos básicos de nuestra futura postura en la OMC, así como las áreas de trabajo en las que estaremos más activos.

 

Es poco probable que participemos en todos los sectores, no hay ni recursos ni necesidad alguna. Es improbable también que atormentemos a los países que se adhieran a la OMC, basándonos en concesiones que no hacen falta a nadie.

 

Una de las tareas prioritarias es apoyar la pronta adhesión de Kazajistán, así como la ayuda para la adhesión de Belorrusia. Habrá mucho trabajo que hacer, en particular en cuanto a la eliminación de las restricciones en contra de las exportaciones rusas.

 

Se dijo que Rusia carecía de personal para su ingreso en la OMC. Así lo han expresado funcionarios, parlamentarios y expertos. Se habló incluso de un número preliminar: 300 personas. ¿Está de acuerdo con esta opinión?

 

 Trabajar dentro de la OMC es mucho más difícil que acceder. El número de especialistas depende directamente del tipo de postura que queramos ocupar en la organización. Ante la variante, por así decirlo, de una 'contemplación pasiva' necesitamos entre 25 y 30 personas para cerrar los requisitos obligatorios como las notificaciones de régimen comercial. Si queremos tomar una postura proactiva para promover nuestros propios intereses, hacen falta más personas y el personal mínimo para este escenario son 300.

 

 ¿Por qué 300? El rendimiento de nuestro trabajo burocrático en este área es bajo. La experiencia de la diplomacia comercial multilateral se ha perdido. Un experto en la OMC debe dedicar al menos un día a la semana, y preferiblemente dos, a leer textos especializados para mejorar su cualificación. Aunque ahora mismo un experto no puede reunir este tiempo ni tan siquiera en un mes, dado que hay una gran cantidad de presentaciones, informes y conferencias. Por lo tanto, necesitamos más expertos.

 

En general, ¿cómo valora el Ministerio de Economía y Desarrollo la preparación de las empresas rusas para la OMC?

 

El principal cambio para las empresas es la reducción de los aranceles. Para algunos será una bendición, pero para otros, un desafío. Sobre todo en los primeros años el Estado deberá asegurar el negocio y mantenerlo si las importaciones causan problemas. El plan del Gobierno de adaptación de la economía se dirige a estas cuestiones.

 

Según los expertos y especialistas extranjeros, la adopción de la ley sobre el impuesto de importación puede dañar a Rusia, ya que la ley discrimina a los productores extranjeros y contradice las normas de la OMC.De acuerdo a las reglas actuales de de la Organización, si se restringen los derechos de los países importadores se puede iniciar una investigación judicial. ¿Puede comentarnos algo sobre este tema?

 

Muchos países tienen un impuesto de importación similar. Por sí mismo no está en contradicción con la OMC. El impuesto lo pagarán los importadores y los fabricantes nacionales. Si nuestros socios comerciales tienen un problema con este impuesto, efectivamente pueden acudir a los tribunales y habrá juicio.

 

Tampoco nos gustan muchas de las medidas de nuestros socios, que a nuestro juicio, infringen las reglas de la OMC, y no excluimos la posibilidad de revisar el asunto correspondiente en el tribunal correspondiente.

Precisamente este órgano es una de las herramientas que permite controlar el desempeño de las obligaciones de los participantes. Marca una disciplina. Y anticipar su decisión es un asunto inútil.

 

 El ingreso en la OMC no solo lo temen los productores rusos, sino también los estadounidenses. Sindicatos de EE UU enviaron una carta al Congreso en la que advirtieron sobre 'la posible expansión de las empresas rusas' en su mercado nacional. En su opinión, ¿están justificados sus temores?

 

No parece que vaya a seguir siendo una imposible encontrar muslos de pollo rusos   en los comercios estadounidenses, los mismos que fueron demandados.

 

Hubo un tiempo en que vendíamos a Occidente aviones y coches, y todavía se pueden encontrar en muchos países europeos. La OMC no es una varita mágica. La OMC podría ayudar a crear condiciones favorables para las exportaciones, pero por sí sola no convertirá nuestros productos en competentes. De eso nos tenemos que encargarnos nosotros mismos.

 

Es nuestra tarea interna, el trabajo con compañías concretas, con gestores específicos, ingenieros agrónomos, etc. Si realmente ponemos en marcha una iniciativa empresarial nacional, la cosa podría funcionar bien y la OMC trabajará para nosotros.

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