Kamchatka a la conquista de Rusia

Fuente: Flickr/nualabugeye.

Fuente: Flickr/nualabugeye.

Aunque la Federación es exportadora de combustibles fósiles, muchas de sus regiones importan energía. Las fuentes renovables aumentarían su seguridad y reducirían su coste, además de cuidar el medio ambiente e incrementar el empleo y el valor de las exportaciones. Pese al potencial y las ventajas de las renovables, Rusia es un gigante dormido que despierta lentamente. Los decretos deben acompañarse de marcos normativos y mecanismos de financiación. La revolución se cuece en las regiones.

A menudo, tal vez casi siempre, los juegos de mesa distorsionan el mundo. En el Risk, ese juego de mesa en que el mundo se divide en regiones y ejércitos y el tiempo, en excitantes batallas, no todas las fronteras son fidedignas. En el extremo nororiental de Asia, Kamchatka no hace en el Risk parte de Rusia, cuando en realidad la región está integrada en el país euroasíatico.

El Risk tiene, con todo, parcialmente razón. En un país tan vasto, las regiones detentan una singularidad significativa. En energía, como otras regiones, Kamchatka no se ajusta al patrón de productor de petróleo, carbón o gas. Tampoco Tuva o Altái, en la parte central del sur de Rusia.

Exportación e importación de energía

Sin embargo, las cifras, rotundas,están ahí. Globalmente la generación de energía está dominada en Rusia por el petróleo, el carbón y el gas natural, que conjuntamente representan el 67% de la oferta total efectiva de energía primaria (el gas supone el 45%). Rusia es además el mayor exportador de gas natural, sobre todo a Europa Central y del Este.

Sin embargo, la mayoría de las regiones rusas importan combustibles fósiles de unas pocas regiones ricas en energía, especialmente Siberia occidental. En los lugares lejanos a la red, como las zonas norte y oriental, el transporte incrementa drásticamente el coste final de la energía. Algunos territorios muy alejados gastan en ello más de la mitad de su presupuesto, limitando su capacidad de inversión en servicios básicos.

En estos lugares, la generación de energía a partir de recursos renovables locales fortalecería la seguridad energética, sujeta hoy a la continuidad de los suministros, y disminuiría los costos. No obstante, la energías renovables son en la Federación raras en la actualidad.

La escasa presencia de las energías renovables en Rusia

Dominada la matriz energética por el petróleo, el carbón y el gas, las energías renovables no son comunes en Rusia. A finales de 2009, excluyendo la energía hidroeléctrica, sólo el 1% de la oferta total efectiva de energía primaria de Rusia era generada con fuentes renovables. La proporción se elevaba al 3% con las centrales hidroeléctricas. Rusia es hoy el único gran país del mundo donde las renovables no se han consolidado.

Un gigante dormido

Su extenso territorio incluye sin embargo condiciones favorables para la generación de energía renovable. La utilización del 25% del potencial de generación eólica podría proveer cerca de 175.000 MW. El potencial de biomasa se estima en unos 35 millones de toneladas, gracias a la calidad de los residuos biológicos y de madera. Hay también un alto potencial para proyectos hidroeléctricos de pequeña y mediana escala, en muchos casos reactivando infraestructuras de la época soviética. El potencial geotérmico, por encima de los 3.000 Mwe, es también notable. Finalmente, a pesar de su latitud norte, el potencial solar de Rusia no es despreciable.

Además de con estos cuantiosos y variados recursos, derivados de la diversidad de la geología, el clima y el suelo, Rusia dispone de la base científica y técnica para explotarlos. Desde 1920 los rusos han sido pioneros en las tecnologías para el aprovechamiento energético de los recursos renovables. Aunque ha tardado en desarrollarse una industria comercial y queda camino en calidad y fiabilidad, el mercado empieza a estar maduro.

Ventajas de las renovables

Las energías renovables reúnen multitud de ventajas. Desde el punto de vista ambiental, contribuyen a disminuir la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero, pero también la afectación del suelo y el agua.

En términos económicos, además de a la seguridad y el ahorro, sobre todo en las regiones aisladas o alejadas, el desarrollo de la energía renovable contribuiría al desarrollo económico regional y la creación de empleo local. También podría catapultar los ingresos por exportaciones, ya que el petróleo y gas no usados internamente podrían dirigirse al mercado internacional, donde el precio es mayor que el doméstico.  

El gigante despierta

De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, la demanda primaria total de energía de Rusia alcanzará los 885 millones de toneladas de equivalente de petróleo en el año 2030 (un crecimiento promedio del 1,3% anual). Para satisfacer esta demanda, Rusia requiere avanzar en eficiencia energética y energías renovables.

Sin embargo, de mantenerse la tendencia, para el 2030, el uso de la energía renovable se acercaría solo a 15 millones de toneladas de equivalente de petróleo excluyendo la energía hidroeléctrica (un crecimiento promedio del 2,7% anual; hasta representar el 2%).

Para romper esta tendencia, en 2009, Rusia estableció el objetivo de que las renovables (excluyendo la hidroeléctrica) representen en 2020 el 4,5% de la generación eléctrica del país. El decreto de 2009 fue confirmado con la Estrategia Energética, donde se asigna un papel creciente a las renovables

Desafíos y perspectivas

Los desafíos son, con todo, mayúsculos. Rusia carece de un marco regulatorio adecuado, que estandarice los portafolios de renovables, establezca la obligación por parte de las eléctricas de comprar la energía de las renovables y estructure un sistema de precios basado al menos en la capacidad de generación. Hoy, los combustibles fósiles reciben mayor apoyo, cuando la renovable requiere siempre algún tipo de impulso en las fases iniciales. Sin ello, el prometedor decreto será papel mojado. También será fundamental incrementar el capital de inversión. Las reformas vinculadas con la entrada de Rusia en la OMC podrían ayudar

En realidad, lo que se espera es un compromiso firme. En última instancia, se trata de que el gobierno deje de considerar las renovables un juguete caro mientras disponga de reservas ingentes de combustibles fósiles. El primer objetivo a cumplir de cara al logro de la meta del 2020 (aumentar la participación al 1,5% para el 2010) no se cumplió. Las renovables se ven por el momento como algo que deberá hacerse algún día, pero no hoy ni quizás mañana.

La batalla por las fuentes de energía está en cualquier caso servida. Viejos y nuevos intereses chocan sin cesar. La entrada de la Corporación Financiera Internacional, perteneciente al grupo del Banco Mundial, puede inclinar la balanza a favor de las renovables. En 2010, lanzó, por cinco años, el Programa de Energías Renovables de Rusia, orientado a catalizar la inversión del sector privado en energías renovables. Podría movilizar unos 150 millones de dólares.

En este otro Risk, tan real como ilusorio, el futuro se cifra en que las fuentes de energía renovables   ganen terreno a los combustibles fósiles. La revolución cocida a fuego lento en las regiones podría activar un mercado enorme. Que la energía de Kamchatka invada toda Rusia. Aunque no se trate del Ejército Rojo. 

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