Historia de un coloso deportivo

Dibujo de Natalia Mijailenko.

Dibujo de Natalia Mijailenko.

La Revolución de Octubre supuso un antes y un después en la historia del deporte ruso; de 50.000 personas que practicaban deporte en la Rusia de Nicolás II se pasó a 50 millones en la década de los 70. El impulso dado al deporte en la época soviética fue indudable hasta el punto de que su legado todavía pervive, situando a Rusia dentro de los cinco países mas importantes del mundo en el ranking olímpico actual.

La participación olímpica prerrevolucionaria

 

Antes de la revolución, Rusia participó en las Olimpiadas con muy pocos atletas y sin conseguir ningún resultado satisfactorio.  La familia real rusa era gran aficionada al deporte, sin embargo no hubo una promoción social del mismo por parte del Estado. Algo que se evidencia en el hecho de que en todo el territorio ruso no se contabilizaban más de 50.000 atletas. Y todo esto en un país que cruza básicamente todo el norte de Asia.

Nikolái Panin-Kolomenkin, primer campeón olímpico de Rusia. Fuente: Olympic.ru.

No obstante, fue en la época de Nicolás II cuando se envió un equipo olímpico a los juegos por primera vez. Se trataba del año 1900, segunda convocatoria oficial de los Juegos Olímpicos modernos. Fueron tan solo cuatro deportistas los enviados y participaron en esgrima y deporte ecuestre terminando los juegos sin ninguna medalla conseguida por los enviados del Zar.

En las dos siguientes convocatorias, correspondientes a 1904 y 1908 no participó. Esta ausencia se debió al inicio de la guerra ruso-japonesa que comenzó en febrero de 1904 y termino con la derrota rusa en septiembre de 1905. Este será el inicio de la decadencia zarista, el inicio de las bases que hicieron posible la frustrada revolución de ese mismo año, y uno de los factores que junto a la Primera Guerra Mundial propiciaron la victoriosa de 1917.

La última vez que hubo participación real rusa en los juegos fue en 1912. A esta convocatoria se presentaron 152 atletas masculinos que participaron en 62 eventos y 15 deportes diferentes, consiguiendo 3 medallas en total: una de oro en patinaje artístico  y dos de plata en lucha.

La construcción del deportista soviético

Con los hechos acaecidos en 1917, el régimen autocrático y represivo dio paso a un periodo de formación de un país que generó no pocas incertidumbres en los años posteriores. Después llegó la Guerra Civil, de tal manera que hasta los primeros años de la década de los años 20 no se empezó a prestar la debida atención al deporte.

La Revolución de Octubre cambió el panorama político y social de Rusia de forma radical.

El deporte fue una de las esferas que se vieron afectadas por estos cambios. Se empezó a considerar a la actividad deportiva como una responsabilidad social.

Los carteles de propaganda, las postales y los sellos, muestran la importancia social del deporte en la época soviética. Fuente: Flickr.

En este sentido, en 1923  hubo un hecho importante: la creación del Comisariado Supremo de la Cultura Física, que situó a Rusia como el primer país del mundo que dedicaba un órgano gubernamental especifico a este campo. Otro hito fue la construcción en 1928 del Estadio Olímpico Dinamo con capacidad para 36. 540 personas, situado en la avenida Leningradski Prospect de Moscú.

No obstante, la naciente Unión Soviética consideraba los Juegos Olímpicos una creación capitalista muy alejada del espíritu deportivo, por lo que no se planteó en ningún momento su participación.

La promoción del deporte en esta época es evidente en la propaganda, mediante carteles de difusión. Organizaciones deportivas, asociaciones de voluntarios y programas de cualificación deportiva afirmaban el interés del país en la educación física de sus ciudadanos. El entramado colectivo que conformaba esta red pretendía el prestigio del socialismo. El método científico se aplicaba de manera planificada para disminuir riesgos en el deporte. Toda una revolución en el universo deportivo empezaba a tener lugar en esta época. La experimentación deportiva sufrió un gran impulso, con la creación de nuevas disciplinas deportivas como el sambo.

El fútbol soviético a primera división!´. Fuente: Flickr/ IISG.

También se creó en estos años el famoso CSKA de Moscú, equipo de fútbol que pertenecía al Ejército Rojo. También el Zenit, el Spartak o el Lokomotiv, surgieron de las asociaciones deportivas de voluntarios, que a su vez pertenecían a diversos sindicatos de trabajadores de variadas ramas profesionales.

Se estableció por decreto que en espacios de una densidad humana entre 30.000 y 50.000 personas debía haber un estadio, una piscina y un gimnasio. Los deportistas de élite contaban con determinados privilegios, como por ejemplo tener reservado las mañanas en las banias.

El deporte como arma política

 

Una vez concluida lo que se conoce en Rusia como la Gran Guerra Patriótica (la II Guerra Mundial), dio comienzo un apasionante capítulo de la historia política moderna: la Guerra Fría. El reparto de Europa mostró un mapa bipolar encabezado por dos grandes potencias: la URSS y EE UU. Este hecho hizo cambiar de óptica a la órbita soviética en lo relativo a la participación en lo que denominaban anteriormente 'escaparate capitalista' en referencia a las modernas Olimpiadas. Entonces, se siente la imperiosa necesidad de mostrar al mundo los avances de la ingeniería socialista en cuanto al deporte.

Así, en 1952 se produjo la primera participación soviética en las Olimpiadas modernas,  con un segundo puesto en el podio olímpico y 72 medallas en total, 22 de ellas de oro. Cuanto años después (en 1956) ocupó el primer puesto, comenzando un ascenso imparable en las siguientes convocatorias, la del año 60, liderando el ranking también en primera posición, hasta el '68, en segunda posición, y manteniendo la primera posición hasta 1992, fecha en la que concurrió como Equipo Unificado con el emblema olímpico por bandera debido a la incierta identificación nacional en la que se vio envuelta a la caída de la URSS.

Consideración aparte merece la convocatoria de 1980, celebrada en Moscú y boicoteada por 24 países occidentales como protesta por la invasión de Afganistán. Lo que supuso la no participación en las de 1984 como respuesta al boicot sufrido cuatro años antes.

La participación de Rusia en la era postsoviética

 

Ya en 1996, Rusia participó como unidad política completa e independiente del resto de repúblicas que participaron como equipo unificado en el 1992, no obstante no llegó a obtener un resultado tan satisfactorio, quedando en segundo lugar. Este mismo resultado será el que obtendrá en la convocatoria del 2000.

¿El inicio de una debacle?

 

Llegamos a las tres últimas participaciones de Rusia en las Olimpíadas de verano: Grecia, Pekín y Londres, respectivamente. Por primera vez en 52 años baja de la segunda posición a la tercera en Grecia y Pekín, llegando incluso a bajar a la cuarta en la última convocatoria celebrada en Londres hace poco más de una semana.

Especialmente en esta última convocatoria hemos visto momentos duros para Rusia, como el nombramiento de Michael Phelps como el atleta que más medallas de oro ha conseguido en la historia de las Olimpíadas (15), desbancando a la soviética Larisa Latinina (19 medallas, 9 de ellas de oro).

 

Teniendo en cuenta los datos, ¿podemos decir que Rusia ha sufrido una decadencia deportiva en los últimos años? La respuesta, aunque aparente lo contrario, es negativa. Si, de manera tentativa y quizá arriesgada, sumásemos los logros de todos los países del espacio postsoviético en los juegos de Londres 2012, alcanzaríamos 163 medallas, superando con creces lo obtenido por cualquier otro país.

Lo que sí parece claro es que el legado deportivo soviético sigue vivo.

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