La parte rusa usa "distintas formas de
presión política" para obligar a la República Checa a recibir a agentes
secretos como diplomáticos.
Si bien con anterioridad estas
herramientas de control servían para dominar a la diáspora rusa, cada
vez más, según el informe, "el objetivo principal de los agentes es la
comunidad del cáucaso".
El BIS critica que los rusos "utilicen
el problema de la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado
(del Caúcaso) para desinformar y organizar campañas de temor contra
organizaciones no gubernamentales y ciudadanos checos".
Como
ejemplo citan el hecho de que en el punto de mira de los servicios
secretos rusos (FSB) estuviera la actividad humanitaria de la
organización "Hombre en apuros", pues el FSB llegó, en un informe de
mayo de 2011, a calificar a esa organización "como parte de Al Qaeda y
de bandas de bandidos y terroristas del Cáucaso".
Aseguran
además que, sobre todo en la esfera energética, los agentes secretos de
Moscú no dudan en "establecer contacto con personas cuyo pasado está
vinculado con estructuras criminales organizadas de habla rusa", y con
actividades en el territorio checo.
En la memoria, los
servicios checos también llaman la atención sobre el "interés por los
componentes especiales que se pueden utilizar para fabricar medios
militares sin piloto (Unmanned Aerial Vehicles)" y que fueron adquiridos
de fabricantes checos.
"De las informaciones obtenidas se
deriva que los abastecimientos en esta esfera no se dirigieron
directamente a los sujetos de riesgo (países sancionados respecto a las
ventas de armas), sino a través de empresas tapaderas", añaden
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