El Kremlin ha sido uno de los monumentos mencionados por los informes. Fuente: PhotoXPress.
A principios de agosto se reunió el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO en San Pertersburgo.
Se analizaron 36 candidaturas para integrar la famosa lista. Dos de ellas se encuentran en el territorio ruso: el parque Los Pilares del Lena y los Krémlines (fortalezas) de Rusia, la decisión sobre ésta última se ha aplazado hasta la próxima sesión.
Además se habló también de los lugares que corren el peligro de ser destruidos por conflictos armados, catástrofes naturales o daños medioambientales causados por los humanos.
Según los datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales, organismo consultivo de la UNESCO, uno de cada de diez lugares declarados Patrimonio de la Humanidad está en peligro.
Ningún espacio natural Patrimonio de la Humanidad situado en el territorio de Rusia se incluirá en la lista mencionada durante esta sesión del Comité, declaró la embajadora de Rusia ante la UNESCO, Eleonora Mitrofánova.
Sin embargo, los expertos opinaron que que no era una buena noticia. “El estatus ‘en peligro’ atrae la atención al monumento y ayuda a buscar soluciones para mejorar su estado”, comenta Irina Zaika, especialista de la Unión de Arquitectos de Rusia.
Activistas rusos del movimiento conservacionista convocaron un Foro Internacional alternativo titulado: Protección del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Los representantes de diferentes organizaciones no gubernamentales como Greenpeace, el Fondo Mundial para la Naturaleza, Sociedad Nacional para la Protección de los Monumentos de Interés Histórico y Cultural y otras organizaciones aprobaron una serie de resoluciones y redactaron su propia lista del patrimonio de la humanidad. Desde enctonces han continuado su trabajo y ha presentado diferentes conclusiones.
Su argumento principal es que los organismos gubernamentales, responsables por el estado del patrimonio mundial en Rusia, muchas veces prefieren proteger los intereses del negocio privado en perjuicio de los sitios protegidos por la UNESCO y no dan a conocer información real sobre el estado de los mismos.
Irina Zaika, de la Unión de Arquitectos de Rusia, menciona, entre otros, los monumentos arquitectónicos de la vanguardia rusa del principio del siglo XX y algunas estaciones del metro de Moscú que, según ella, se merecen este título.
La lista de tales sitios elaborada por expertos independientes es mucho más amplia que la de la Comisión gubernamental de la Federación de Rusia para la UNESCO.
“Cada año crece la amenaza para los espacios naturales representada por el desarrollo de los proyectos de extracción de materias primas la postura del Comité debe ser inequívoca: esto es inadmisible”, declaran desde WWF Rusia.
Por su parte, Eleonora Mitrofánova, la embajadora de Rusia ante la UNESCO considera: “El Comité del Patrimonio de la Humanidad aprobó resoluciones con respecto a todos los lugares mencionados. Los respectivos documentos dicen que Rusia debe tomar medidas al respecto. Si estas medidas no se toman, el Comité estudiará la posibilidad de incluir los espacios en cuestión en la lista del patrimonio mundial en peligro”.
El título conferido por la UNESCO proporciona unas ventajas concretas. Da a conocer el monumento a la comunidad internacional, y el sitio catalogado se convierte en una tarjeta de visita del país, mejora su imagen. En Rusia es el caso, entre otros, del Kremlin y la Plaza Roja de Moscú, el centro histórico de San Petersburgo, el lago Baikal y los volcanes de Kamchatka.
Según Irina Zaika, de la Asociación de Arquitectos de Rusia los que suscitan más preocupación actualmente son, entre otros tantos, el Kremlin y la Plaza Roja de Moscú amenazados por las aguas subterráneas; y el centro histórico de San Petersburgo, donde se lleva a cabo la construcción ilegal, afirma.
Ninguno de los monumentos que integran la lista alternativa fue sometido a discusión durante la última sesión del Comité. “Rusia ratificó la Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural y estamos obligados a cumplir con lo establecido por ella” recuerda la experta de la Unión de Arquitectos de Rusia.
Por lo tanto, cree que “debemos coordinar con la UNESCO cualquier cambio que se vaya a hacer estos lugares. Estos monumentos ya no son rusos, pertenecen a toda la humanidad”, declaró Irina.
Sin embargo, la embajadora de Rusia ante la UNESCO, Eleonora Mitrofánova, asegura que los organismos oficiales cumplen con todos los requisitos establecidos por la Convención. “Rusia siempre toma en cuenta las observaciones de la UNESCO e intenta reaccionar con rapidez”, dijo en una entrevista concedida a RIA Novosti.
Versión reducida. Publicado originalmente en RIA Novosti.
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