A las Pussy Riot se les acusa de "gamberrismo
motivado por odio étnico", delito que el código penal ruso sanciona con
hasta siete años de prisión.
Centenares de personas se han
congregado en las inmediaciones del tribunal del distrito Jamóvniki de
Moscú, en torno al cual la policía desplegado un enorme dispositivo de
seguridad que incluye efectivos antidisturbios.
La defensa de las Pussy Riot tiene pocas esperanzas de que éstas sean absueltas hoy por la jueza encargada del caso.
"En vista de todas las circunstancias, prácticamente no hay ninguna
esperanza", declaró Nikolái Pólozov, uno de los abogados de Pussy Riot, a
radio Svoboda (Libertad) al contestar a una pregunta sobre las
posibilidades de que la jueza magistrada Syrova emita una sentencia
absolutoria.
"Desde un comienzo hemos sostenido que nuestras
defendidas no cometieron ningún delito penal, por lo que la única
sentencia posible es la absolución", recalcó Pólozov.
Las
acusadas se han declarado inocentes del delito que se les imputa y han
denunciado que la persecución judicial contra ellas es por motivos
políticos.
Amnistía Internacional y varias organizaciones
rusas de defensa de los derechos humanos consideran que las integrantes
del grupo punk ruso son presas políticas.
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