Agregó que Nésterov presentó su renuncia
inmediatamente después de la reunión presidida ayer por el primer
ministro, Dmitri Medvédev, dedicada a la situación en la industria
espacial rusa, que ha sufrido varios reveses en los últimos tiempos.
La semana pasada Rusia no pudo poner en órbita los satélites ruso
Express-MD2 e indonesio Telekom-3 por un desperfecto en el bloque
acelerador Briz-M del cohete portador Protón, que ya había fallado en
otras ocasiones.
Fuentes de la industria espacial rusa han
cifrado en hasta 6.000 millones de rublos (casi 200 millones de dólares)
las pérdidas ocasionadas por el fracaso de la puesta en órbita de esos
dos satélites.
"No conozco la razón de la pérdida de los
satélites, sea el bloque de propulsión, fallos mecánicos o la
tradicional desidia, o todo junto (...), pero ahora no podemos seguir
igual", dijo Medvédev al convocar la reunión para analizar la situación
en la industria espacial del país.
Debido a los reiterados errores del programa espacial, agregó Medvédev, "perdemos prestigio y miles de millones de rublos".
En 2011, Rusia fue líder mundial en el lanzamiento de cohetes
espaciales, con un total de 32, pero también en fracasos en este campo,
ya que cinco de ellos, el 16 por ciento, resultaron fallidos.
En agosto del pasado año un carguero ruso Progress, con provisiones y
combustible para la Estación Espacial Internacional, se estrelló poco
después del despegue, en lo que supuso el primer accidente de ese tipo
de nave en más de treinta años.
Otro de los fracasos más
sonados fue la pérdida en noviembre pasado de la estación marciana
Fobos, que en lugar de tomar rumbo al satélite homónimo de Marte, quedó
en la órbita terrestre y acabó desintegrándose en la atmósfera. EFE
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