Rusia, que había suscrito en los años
anteriores varios contratos multimillonarios de venta de armas con
Teherán, considera que el comportamiento de Irán no es correcto y
advierte de que el contencioso judicial puede pasar al plano político.
"Ya le hemos hecho saber a Irán que la querella no contribuye al
desarrollo de nuestras relaciones, pero nuestras peticiones de que
retiren los documentos de los tribunales no han sido escuchadas", apuntó
un portavoz de la Presidencia rusa.
En un último intento por
persuadir al Gobierno iraní, el Kremlin enviará próximamente a Teherán
una nueva delegación gubernamental antes de que se reanuden las
negociaciones entre Irán y las grandes potencias.
"Si
recibimos una nueva negativa, Irán se quedará solo en las negociaciones
nucleares con la comunidad internacional", subrayó el funcionario.
Otra fuente, del Ministerio de Exteriores ruso, confirmó al diario
que "a los diplomáticos se les dio la orden de seguir este rumbo en el
diálogo con los iraníes".
Irán intenta quitar hierro al asunto
y recientemente el embajador iraní en Moscú, Sayed Sadzhadi, aseguró a
la prensa rusa de que Teherán exige a Rusia sólo 900 millones de
dólares.
El diplomático destacó que los otros 3.000 millones
fueron incluidos en la querella por el tribunal de arbitraje de Ginebra
"sin conocimiento de la parte iraní y al margen de su deseo de
incluirlos".
Los juristas consultados por el diario mantienen
que es muy improbable que el tribunal suizo haya añadido la citada cifra
por su cuenta y riesgo.
Con todo, la fuente del Kremlin
confía en que Rusia no tenga que recurrir a "la artillería diplomática
pesada" para solucionar el problema.
"Por ahora las
negociaciones con Irán no están siendo fáciles, pero esperamos alcanzar
un acuerdo sin llegar a los tribunales", indicó.
Rusia se
manifestó el pasado año sorprendida por la decisión iraní de dirigirse a
los tribunales en vez de optar por un compromiso.
Moscú
mantiene que el entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, ordenó
suspender en 2010 el suministro de armamento pesado -misiles, tanques,
aviones, carros blindados o buques de guerra-, en cumplimiento de la
resolución 1.929 del Consejo de Seguridad de la ONU.
En
cambio, Teherán mantiene que los S-300 no están afectados por la
resolución y, pese a recuperar el desembolso inicial de la parte rusa,
insiste en reclamar el pago de compensaciones por los perjuicios
ocasionados.
Irán sospecha que el Kremlin congeló la operación
por motivos políticos en medio del reinicio de las relaciones
diplomáticas con Estados Unidos.
Según el contrato firmado en
2007, Rusia debía haber suministrado a Irán al menos cinco baterías de
sistemas móviles de defensa aérea S-300, destinados al transporte y
lanzamiento de misiles para interceptar objetivos como helicópteros,
aviones de combate, aviones de vigilancia y diferentes proyectiles y
cohetes.
Los S-300 son considerados mucho más potentes que los
también sistemas antiaéreos Tor M-1, que Irán compró a Rusia por casi
mil millones de dólares en 2005, contrato que Israel describió como una
"puñalada en la espalda". EFE
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