Debido a los reiterados errores del programa espacial ruso, agregó Medvédev: "Perdemos prestigio y miles de millones de rublos".
"Me gustaría celebrar la próxima semana una reunión sobre este
asunto. La preparará el viceprimer ministro y las correspondientes
estructuras. Ellos deben presentar propuestas sobre a quién castigar y
qué hacer después", señaló.
Esta semana Rusia no pudo poner en
órbita los satélites ruso Express-MD2 e indonesio Telekom-3 por un
fallo en el bloque acelerador del cohete portador ruso Briz-M, que ya
había fallado en otras ocasiones.
Fuentes de la industria
espacial rusa cifraron en hasta 6.000 millones de rublos (casi 200
millones de dólares) las pérdidas ocasionadas por el fracaso de la
puesta en órbita de los dos satélites.
La agencia espacial
rusa, Roscosmos, y toda la industria espacial nacional se encuentran en
el ojo del huracán debido a los continuos fallos, justo cuando Rusia fue
en 2011 el líder en lanzamientos con 32 por 19 chinos y 18
estadounidenses.
En agosto del pasado año un carguero ruso
Progress, que portaba carga vital para la Estación Espacial
Internacional se estrelló poco después del despegue, en lo que supuso el
primer accidente de ese tipo de nave en más de treinta años.
A
esto se suma la pérdida de varios satélites y el fracaso en noviembre
pasado del lanzamiento de la estación marciana Fobos-Grunt, que supuso
un duro revés para los planes rusos de exploración interplanetaria.
Según el director de la revista "Noticias de Cosmonáutica", Ígor
Lisov entre la caída de la URSS y 2007 el programa espacial ruso "tuvo
una financiación estatal por debajo del mínimo de subsistencia" y que el
reciente incremento de la inversión no se notará en la calidad del
trabajo hasta dentro de cinco años.
Además, a lo anterior se
añade -dijo- "el envejecimiento de los especialistas, obsolescencia de
los equipos, el cese de la producción de algunos componentes y
materiales, y la interrupción del trabajo en ciertos campos de la
cosmonáutica".
Debido a los bajos salarios, la gran mayoría de
los especialistas de la industria espacial rusa tienen más de 60 años o
menos de 30, lo que pone en serio peligro el futuro del sector.
"Sólo hemos conservado el programa de naves pilotadas, los satélites
de comunicaciones y el sistema de navegación GLONASS", apuntó Lisov,
quien considera que la preciada herencia de la escuela soviética, "en
gran medida, ya se ha perdido".EFE
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