“El resultado de la confrontación en Oriente Próximo influirá en el futuro de todo el mundo”

Evgueni Primakov, expresidente del Gobierno de Rusia y arabista. Fuente: Rosíyskaya Gazeta.

Evgueni Primakov, expresidente del Gobierno de Rusia y arabista. Fuente: Rosíyskaya Gazeta.

El resultado de la confrontación entre los islamistas moderados y los radicales influirá no solo en el futuro de Oriente próximo, sino en el del resto del mundo, comenta en una entrevista uno de los especialistas del mundo árabe con mayor autoridad en Rusia, el expresidente del Gobierno, Evgueni Primakov.

Hablemos para empezar sobre Siria. Todo parece indicar que la situación allí es cada vez más alarmante. En la capital han aparecido los primeros indicios de pánico, algo que no había hace tres o cuatro meses. ¿Cómo interpreta todo esto?

En Siria está teniendo lugar una guerra civil abierta, en la que además participan fuerzas extranjeras. Contra el régimen, además de los mismos sirios, está luchando todo tipo de mercenarios y voluntarios de otros países. Mira la última noticia: el Presidente Obama ha dado orden directa a la CIA para que apoyen a la oposición siria.

Biografía

Evgueni Primakov nació en Kiev en 1929. Fue ministro de Relaciones Exteriores de Rusia desde enero de 1996 hasta septiembre de 1998. Su política pragmática para defender los intereses rusos frente a la expansión de la OTAN fue respetada internacionalmente. El 12 de septiembre de 1998 Yeltsin lo nombró Presidente del Gobierno y fue destituido el 12 de mayo de 1999.

Esto es una burda injerencia en los asuntos internos de un estado soberano que no amenaza a los EE UU en ningún modo, ni a ningún otro. Arabia Saudí y Qatar financian a los guerrilleros. Turquía les presta apoyo activo.

Ahora mismo todos están elucubrando sobre lo que pasaría si el régimen de Bashar el-Assad se desplomara. ¿La desintegración del país? ¿Un terror sangriento contra los partidarios del actual presidente?

Si la oposición armada consigue derrocar a el-Assad, en Damasco querrán consolidar un régimen suní, lo que automáticamente traería consigo la persecución de los alauitas, que son una parte considerable de la población. La represión se volvería no solo contra los activistas del partido Baas en el gobierno, como piensan algunos, sino contra todos los que no comparten las creencias religiosas de la oposición.

La guerra en Siria ha sido una continuación de los procesos que ahora se llaman la 'primavera árabe'. Díganos, ¿para usted, como arabista, han sido una sorpresa todas estas revoluciones?

Sí, fue una absoluta sorpresa. Y no solo para mí, sino para todos: para los norteamericanos, para los europeos, para los mismos árabes... Eran posibles levantamientos contra algún régimen autoritario en algún que otro país. Una revuelta en algún sitio era predecible. Pero que de pronto la ola se extendiera por toda la región, esto no había nadie que lo contemplara.

Para muchos ha sido una gran sorpresa el tremendo éxito de los radicales islámicos, que se han hecho con el mando en Túnez y Egipto, y además mediante métodos democráticos. ¿La radicalización de una región tan grande y de tal importancia estratégica no infunde cierto temor?

Afirmar que el resultado final de estas revoluciones ha sido el reforzamiento de las posiciones radicales de los islamistas es incorrecto, desde mi punto de vista. Los Hermanos Musulmanes de Egipto son una organización bastante moderada. Los 'Hermanos' sirios son distintos de los egipcios, son más radicales.

Ahora en Egipto hay que prestar una atención especial a las relaciones entre los Hermanos Musulmanes y los verdaderos radicales salafistas. Es decir, entre el partido Libertad y Justicia que, en el parlamento que dejó de existir por decisión del Tribunal Constitucional que anulaba los resultados electorales, hubiera tenido cerca de un 50% de los escaños, y el partido 'De la luz', que obtuvo casi un 30%.

El recientemente elegido Presidente de Egipto, Mohamed Morsi ha anunciado su salida de la organización de los Hermanos Musulmanes, prometiendo ser el “padre de todos los egipcios”. Sus recientes declaraciones y acciones en política exterior e interna dan pie a la esperanza de que Egipto seguirá siendo un país laico. Los salafistas están a favor de la construcción de un Estado basado en la ley de la sharía.

Los talibanes en Afganistán, los salfistas en Egipto, los wahabitas en el Cáucaso Norte...¿En su opinión cual es la razón del aumento de la popularidad de las corrientes extremistas islámicas?

El mundo islámico es heterogéneo, los hay que profesan un islamismo moderado y los hay radicales. Y, obviamente, dependerá en gran parte de cómo se desarrolle la confrontación entre los representantes de estas tendencias. Además, la salida de esta confrontación influirá no solo en el futuro de Oriente Próximo, sino también en el resto del mundo.

¿Qué opinión tiene sobre la versión de la 'pista estadounidense' en los convulsos procesos de la 'primavera árabe'?

Es simplemente ridículo. Los norteamericanos estaban muy contentos con el Presidente egipcio Hosni Mubarak y, por cierto, nosotros también. No hace falta demonizar a los estadounidenses. Si se les puede culpar de algo es de apañárselas muy mal en la situación real. Cuando estallaron las revueltas en Egipto, todos los embajadores de los EE UU en los países árabes fueron llamados a consulta en Washington y Hillary Clinton los criticó con enorme dureza. Les dijo que hacían todos sus dossieres sin salir de sus despachos. Que sus informes eran una cosa y que la realidad era otra completamente distinta.

¿Qué piensa sobre las perspectivas a largo plazo de los procesos revolucionarios en la región?

Creo que a corto plazo no habrá ninguna nueva ola de revoluciones.

¿Hasta que punto es verosímil el escenario en el que Israel, con el apoyo de los EE UU o sin el, aseste un golpe a los objetivos nucleares en Irán

Los EE UU no quieren que esto suceda ahora, antes de las elecciones presidenciales. Están conteniendo a Israel. Pero conviene recordar que entre la dirección israelí y la administración de los EE UU hay fuerzas diferentes, que defienden diferentes posiciones. Ahora mismo es complicado decir quien llegará al poder.

¿Quiere eso decir que la probabilidad de un ataque de este tipo se mantiene? ¿Y que es un peligro para una región inmensa?

Es muy peligroso. Porque además los resultados de un ataque aéreo pueden ser insignificantes y es que  no se consideran siquiera la posibilidad de  operaciones por tierra. En un par de años Irán se habría recuperado completamente, se saldría ostentosamente del acuerdo para la no proliferación de armas de destrucción masiva y crearía, casi con total seguridad, sus propias armas de destrucción masiva.

Versión resumida. Publicado originalmente en Rossíykaya Gazeta. 

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