Jodorkovski, en prisión desde 2003 por
diversos delitos económicos que no reconoce, llama a "toda la gente
pensante, educada y simplemente buena que envíe palabras de aliento a
las chicas", las tres cantantes que comparecen en los tribunales.
"Es doloroso seguir los acontecimientos en el tribunal donde Masha,
Katia y Nadia son juzgadas. La palabra 'juzgar' sólo puede ser utilizada
en este caso en el mismo sentido en el que era usada en la Inquisición
medieval", denunció.
El antaño hombre más rico de Rusia
compara lo que están viviendo las tres anarquistas, que podrían ser
condenadas a siete años de cárcel por ofender supuestamente los
sentimientos de los creyentes, con su propia experiencia judicial y
carcelaria.
Jodorkovski asegura que el tratamiento que recibe
los acusados en prisión preventiva durante el proceso judicial es
vejatorio, ya que las sesiones duran once horas sin apenas descanso, la
comida está fría, son cacheados varias veces al día siendo obligados a
desnudarse y duermen apenas unas horas.
"Yo dejé de comer a la
segunda semana. Si uno sufre del hígado, tal alimentación es comparable
al asesinato. Ducha, sólo los sábados. Jornada laboral, 20 horas. No sé
cómo las chicas lo soportan. Por supuesto, el juez conoce este régimen.
¿No es eso tortura?", apuntó.
Jodorkovski se siente
"avergonzado, (...) pero no por las chicas y sus excusables errores de
radicalismo propios de la juventud, sino por la irresponsabilidad del
Estado que avergüenza al país".
Las tres componentes del grupo
anarquista, que tienen menos de 30 años, son acusadas de "menoscabar
los pilares espirituales del Estado" ruso, donde la gran mayoría de la
población profesa la fe ortodoxa, pero la iglesia está separada del
Estado.
"Madre de Dios, echa a Putin", decía la canción, que
las ha convertido en celebridades en todo el mundo, ya que estrellas
como Sting, Peter Gabriel o Red Hot Chilli Peppers han salido en su
defensa.
Las opositoras al presidente ruso fueron detenidas
después de que la Iglesia Ortodoxa Rusa reaccionara con inusitada ira
ante lo que el patriarca Kiril considera una campaña anticlerical, pero
que muchos consideran una simple gamberrada.
Pussy Riot
decidió escenificar su actuación en Cristo Salvador después de que el
patriarca ortodoxo pidiera el voto para Putin en vísperas de las
elecciones presidenciales de marzo, lo que indignó a la oposición.
Según una encuesta del Centro Levada, un 65 por ciento de los rusos
aboga por la inmediata puesta en libertad de las mujeres, mientras un 26
por ciento pide su encarcelamiento.EFE
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