"¡Por favor, es temprano para enterrarme!
¡Karlsson/Eriksson volverá a venir volando! ¡Hasta pronto!!, escribió el
diplomático sueco en su página Facebook para despedirse de los
bielorrusos que le han apoyado.
La expulsión de Eriksson de
Minsk fue confirmada el viernes por la embajada sueca en Minsk y también
por el propio ministro de Asuntos Exteriores de Suecia, Karl Bildt,
que compareció ante los medios en Estocolmo para hacerse eco de la
acción diplomática bielorrusa.
"El régimen gobernante de
Lukashenko tomó la decisión de expulsar a nuestro embajador. Le han
incriminado hechos sin base alguna. En resumidas cuentas, culpan a
Suecia de apoyar los principios diplomáticos y los derechos humanos en
Bielorrusia", lamentó Bildt.
Suecia respondió con la misma
moneda a Bielorrusia como dejó patente el propio jefe de la diplomacia
sueca: "Estocolmo no da la bienvenida al embajador de Bielorrusia que
llega para asumir su cargo y ha pedido a los dos diplomáticos que están
en Suecia que abandonen el país".
La expulsión de Eriksson
puede deberse al incidente ocurrido el pasado 4 de julio, cuando un
avión sueco procedente de la vecina Lituania lanzó centenares de ositos
de peluche marrones con paracaídas y pequeñas pancartas en defensa de la
libertad.
"Libertad de expresión, ya", "Apoyamos la lucha de
los bielorrusos por la libertad de expresión", rezaban algunas de las
pancartas que fueron lanzadas con ocasión del Día de la Independencia
nacional en el noroeste del país.
Según las agencias, en el
avión viajaban dos miembros de la compañía de relaciones públicas sueca
Studio Total y varios opositores, disidentes y activistas de los
derechos humanos bielorrusos que se han exiliado en el país báltico.
Según Amnistía Internacional, un fotógrafo y estudiante de
periodismo, Antón Suriapin, podría ser condenado a siete años de cárcel
por colgar fotos de los ositos de peluche en internet.
Suriapin, considerado preso de conciencia por AI, fue detenido como
sospechoso de haber colaborado con los autores de la violación del
espacio aéreo, lo que ha sido negado por la compañía sueca.
Lukashenko, calificado como el último dictador de Europa, ha acusado en
numerosas ocasiones a los países vecinos, en particular a Polonia, de
financiar e instruir a la oposición democrática bielorrusa para dar un
golpe de estado.EFE
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