Marilyn Monroe, en clave rusa

Melissa Rae Mahon, coreógrafa. Fuente: Yury Toroptsov/ Photo 12.

Melissa Rae Mahon, coreógrafa. Fuente: Yury Toroptsov/ Photo 12.

“Hollywood es el lugar donde te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma”, dejó escrito Marilyn Monroe en su diario personal, publicado póstumamente con el título ‘My Story’. Murió a una edad y en unas circunstancias que propiciaron su entronización a la categoría de mito. De entre todos los artistas fallecidos, es la tercera que más dinero genera, con 27 millones de dólares en 2011. El fotógrafo ruso Yuri Toroptsov recorrió Europa y Estados Unidos con un vestido de la actriz para su proyecto ‘Marilyn and I’.

“La vida de Marilyn Monroe contiene todos los ingredientes para convertirse en el mito perfecto. Una infancia infeliz, un físico carismático, una personalidad con magnetismo, desamores sonados y una muerte misteriosa. Si bien otros han tenido historias parecidas, ¿por qué la leyenda de Marilyn sigue viva de generación en generación? Supongo que tuvo, como persona, algo que otros no tenían”. En ese ‘algo’ subyace todo el misterio. Bert Stern, la última persona que retrató a Marilyn, intentó recrear la emblemática sesión con Lindsay Lohan. “Las estrellas de hoy en día no son como Marilyn. Su belleza estaba en su espíritu”, declaró.

Yuri Toroptsov (Grodekovo, 1974) se encontraba en Nueva York cuando un amigo le invitó a una subasta en Christie’s muy especial: los artículos en puja eran objetos personales de Marilyn Monroe. “Aquellos individuos pujando miles de dólares por un testimonio tangible del mito más importante de Hollywood… Aquella experiencia me regaló una idea para un proyecto creativo”. Seis años después, un amigo coleccionista de Toroptsov compró un vestido de verano de Marilyn. Con el vestido y la cámara visitó a personas, a lo largo de Estados Unidos y Europa, que sintieran un vínculo con la actriz y retrató ese contacto con una de sus pertenencias.

Mathias Durand-Reynaldo, escultor. Fuente: Yury Toroptsov/ Photo 12.

¿Conocemos a Marilyn o sólo una colección de imágenes? Nuestra relación con la protagonista de ‘El príncipe y la corista’ siempre ha estado mediada por fotografías, películas, los retratos de Warhol o de Banksy. ¿Qué pasa cuando un admirador tiene en sus manos un vestido que rozó la piel de la estrella? “Cada persona reaccionó a su manera ante el vestido, independientemente de su edad. Algunos querían tocarlo como si pudieran apropiarse de ella o rozarse con la actriz, otros prefirieron no tocarlo por respeto. La mayoría de hombres lo sujetaban con los brazos estirados mientras que las mujeres comprobaban instintivamente cómo les sentaba a ellas. Siempre intenté seguir un mismo ritual”. Su trabajo ‘Marilyn and I’ se ha presentado como exposición y se ha publicado en formato libro con prefacio de Catherine Deneuve. “Me interesó la longevidad excepcional y modernidad del mito de Marilyn y tuve la suerte de poder explorarlo fotográficamente”, explica Toroptsov.

En la URSS, Marilyn Monroe evocaba, junto a la Coca-Cola, el imperialismo americano. Las curvas de la actriz y del envase de refresco rivalizaban con los rectos muros del Kremlin. Toroptsov creció en una comunidad rural cerca de Vladivostok donde Hollywood sonaba como un canto muy lejano. “’Con faldas y a lo loco’ es la primera y única película que vi en Rusia antes de irme a estudiar a Nueva York en 1998. Creo que fue el único filme que pudo pasar el Telón de acero. La URSS tenía una industria cinematográfica potente y en el cine de nuestro pueblo apenas llegaban películas extranjeras. Lo único que sabía es que Marilyn era una bella actriz de Hollywood, pero poco más. Para la URSS supongo que representó uno de sus clichés: la encarnación del ‘capitalismo podrido’. La verdad es que en Rusia, ni entonces en la URSS ni ahora las nuevas generaciones, no se han visto sus películas, por lo que la idea que se tiene de ella es un cúmulo de cotilleos y leyendas. No creo que se conozca de verdad ni a la actriz ni a la persona”. Para el propio artista ha sido un descubrimiento. “No me considero un fan, pero después de finalizar ‘Marilyn and I’ sí que me considero un admirador. Era talentosa y en muchos aspectos estaba adelantada a su tiempo. Tenía una personalidad paradójica que, aún hoy, continúa fascinando la imaginación de la gente en todo el mundo. Eso es lo que más me interesó como fotógrafo”.

De entre todas las personas que Yuri Toroptsov retrató una que sí conoció a la actriz en persona. Se trata del fotógrafo Douglas Kirkland, que en 1961 inmortalizó a Marilyn para la portada de Life. “Kirkland aceptó participar en este proyecto. Tuve la oportunidad de preguntarle por aquella famosa sesión. El resto de fotografiados sólo tenían una relación con ella a través de las imágenes”.

En muchos retratos la ‘tentación rubia’ aparece leyendo un libro: Marilyn leyendo a Heirich Heine, el ‘Ulises’ de Joyce, Whitman, por supuesto Miller… Y una fotografía en la que su rostro aparece medio oculto por la cubierta de un libro. Está tumbada en un sofá, con las piernas cruzadas, la luz cae oblicua desde una ventana. El libro es ‘Al actor’ de Michael Chekhov, alumno de Stanislavski y sobrino del famoso escritor, que llegó a Estados Unidos en la década de 1930. El que fue su maestro de interpretación no constituyó su único vínculo con Rusia. Su fijación por el personaje de Grushenka de ‘Los hermanos Karamázov’ ha sido recientemente llevada a escena por el director polaco Krystian Lupa. Se habla de un amante ruso que motivó un viaje secreto a Moscú. Para el anecdotario, también encontramos a la actriz el día en que el primer mandatario soviético en pisar los EE.UU., Nikita Jruschov, visitó unos estudios de cine. La presencia de la actriz fue requerida por la FOX –no la de su marido de entonces, Arthur Miller, demasiado escorado hacia la izquierda- y le pidió que llevara el vestido más ajustado y sexy. Jruschov había visto un primer plano de Marilyn en ‘Con faldas y a la loco’, dentro de una exposición sobre EE.UU. celebrada en Moscú. “Es usted una señorita encantadora”, le dijo cuando los presentaron en el evento. Notando la forma en que la miraba, ella le recordó su condición de casada y que actos como aquel podrían ayudar a que sus respectivos países se conocieran mejor entre sí. No fue el único disgusto para Jruschov. Después le informaron de que no podía visitar Disneyland.

Yuri Toroptsov es además noticia por su libro ‘Por qué nací en Rusia’, seleccionado en el ‘DIY: Photographers & Books’ en el Cleveland Museum of Art. “En este libro reúno varios proyectos más pequeños. Siempre pensé que para contar las vidas de otros, primero tenía que contar la mía. Así que tomé la cámara y fotografié en lugar donde crecí, la serie ‘Grodekovo’, mi familia, ‘Dora’ y mis recuerdos sobre esta zona rural en ‘La casa de Baba Yaga’. Este libro es como mi tarjeta de presentación. Se exhibirá en Cleveland del 11 de agosto al 30 de diciembre. “En mi nuevo proyecto quiero volver de nuevo a mi pueblo. El mismo año que nací, el director japonés Akira Kurosawa rodó allí cerca ‘Dersú Uzalá’. La historia cuenta la historia de un cazador gold que vivió en esa zona a principios de siglo. Me gustaría retroceder en el tiempo y encontrar las huellas de este importante acontecimiento cultural, que aún hoy recuerdan algunos lugareños. Volveré a vérmelas con los mitos, pero esta vez locales”.

Página web del artista: toroptsov

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