Caluroso agosto para un asesinato: LeónTrotski y Ramón Mercader

La extraña arma empleada en el crimen: un piolet. Fuente: Corbis.

La extraña arma empleada en el crimen: un piolet. Fuente: Corbis.

El sol en Coyoacán aquel 20 de agosto de 1940, derretía todo lo que se ponía por su paso. Ese día se cometió uno de los asesinatos políticos más sonados de la historia. León Trotski, el revolucionario ruso, muere a manos de un español. Su nombre: Ramón Mercader. El arma del crimen: un piolet.

Hay varias incógnitas que envuelven en un halo de misterio la historia de este asesinato. Una de ellas es la elección de la incómoda y exótica arma del crimen, ¿por qué un piolet?, otras, ¿por qué precisamente en agosto de 1940? Y... ¿actuó por su cuenta el asesino o había alguien detrás? 

Al joven asesino lo conocía Trotski como Frank Jackson. Ya había estado de visita en la casa unas cuantas veces, los guardas de seguridad lo dejaron entrar sin mayor problema en la residencia de Trotski, el cual, estaba ocupado alimentando a sus conejos en el patio. Jackson traía un artículo para que lo leyera y revisara Trotski. 

Vestía, anormalmente para la temperatura que hacía, una gabardina, lo que no pareció extrañar al revolucionario ruso. Una primera versión cuenta que entraron en el despacho de Trotski y este se dispuso a leer el escrito cuando Mercader se colocó tras él, dio un paso atrás y con un rápido movimiento sacó de su gabardina un piolet que con fuerza levantó y dirigió a la nuca de su víctima que no murió en el acto, profirió un alarido, se dio la vuelta hacia su agresor y le propinó un mordisco. 

Aparte del piolet, Mercader escondía en su gabardina un cuchillo y una pistola. ¿Qué le impidió utilizarlos? Un piolet era más aparatoso y difícil de esconder. Otra de las incógnitas es: ¿cómo pudo la víctima sobrevivir al golpe provocado por el siniestro instrumento que llegó a penetrar hasta siete centímetros en la nuca?, ¿por qué el piolet no le provocó una herida de muerte?

Según informes forenses, la herida provocada no dañó el tallo cerebral, por lo que Trotski aún permanecería convaleciente un día más en un hospital hasta su definitiva muerte el 21 de agosto de 1940. Pero... ¿quién era su asesino?

Trotski en el hospital donde murió. Fuente: Corbis Photo.

Frank Jackson no era la única identidad falsa del asesino. Solo después de pasar en la cárcel seis de los 20 años de condena, lo reconocieron casualmente por una fotografía y supieron que no era ni Frank Jackson, un hombre de negocios canadiense, ni el belga Jacques Monard, por el que se haría pasar también, sino Ramón Mercader. Mercader, bajo el seudónimo de Frank Jackson simulaba estar enamorado de Silvia Aguélova, persona cercana y de confianza del líder comunista. En poco tiempo, el supuesto novio de Silvia, empezó a entrar sin supervisión especial en la casa de Trotski.

Ramón Mercader del Río había nacido en Barcelona el 7 de febrero de 1913, era hijo de Caridad Mercader. A mediados los años veinte, Caridad, activista comunista, se separó de su marido y pasó a Francia con sus hijos. Allí entabló contacto con importantes sectores estalinistas y es probable que colaborara ya con el GPU, la entonces policía secreta soviética. Fue su propia madre la que le reclutó y en la Unión Soviética, recibió una minuciosa instrucción antes de ser enviado a México con el nombre de Jacques Monard.

Mercader siempre sostuvo que era Jacques Mornard Vanderdresch, belga nacido en Teherán el 17 de febrero de 1904 cuando su padre estuvo destinado en ese país. Que había comprado en París, en el mercado negro, un pasaporte canadiense a nombre de Frank Jackson para poder viajar a Estados Unidos, y que había matado a Trotski sólo porque había defraudado las expectativas que había generado en él su ideología.

Si nos remontamos un poco al pasado, recordaremos que muerto Lenin, José Stalin se convierte el dictador absoluto de 200 millones de personas y soberano de un imperio que abarca dos continentes.  A pesar de lo cual, está obsesionado por el miedo a un hombre: León Trotski. El que una vez estuvo destinado a dirigir el destino de Rusia. Lev Davídovich Bronshtein-Trotski, aventajado estudiante ucraniano de origen judío, escritor de talento, alborotador y lector de Lenin frente a Iósif Vissariónovich Dzhugashvili- Stalin, militante marxista-leninista de origen georgiano, que nace del oscuro funcionariado.

El error de Trotski, este intelectual erudito o teórico soñador, consistió en enemistarse con miembros del Partido. En el Kremlin empiezan a correr rumores sobre un hombre peligroso, rumores estimulados por un ´tranquilo´ oficial del Partido, Iósif Stalin.

Cuando Lenin se da cuenta de la amenaza que puede suponer Stalin, al conocer su desmedida ambición, ya es demasiado tarde. Lenin muere de forma repentina y misteriosa. En el testamento que deja Lenin, exige la destitución de Stalin y nombra a Trotski como único heredero.

A partir de ahí empieza la persecución que sufriría Trotski hasta el final de sus días: no se reveló el contenido del testamento de Lenin, Trotski fue expulsado del Kremlin acusado de cometer serias violaciones a la disciplina del Partido, despojado de su ciudadanía, su poder y de su patrimonio y enviado al exilio. Stalin hace desaparecer a Trotski de los archivos, los libros y las fotos de la Unión Soviética. La persecución se extendió hasta su familia: su hijo fue fusilado y su hija apareció misteriosamente muerta “por suicidio”. Y para que quedara todo claro, se exporta una propaganda a Europa que muestra a Trotski como un revolucionario peligroso. Ahora Lenin es Stalin.

¿Y cómo llegó Trotski a México? Después de 4 años, Trotski logra escapar de su exilio y tras muchas desventuras por países europeos que le deniegan su apoyo, el Gobierno noruego, lo deporta en un barco rumbo a México. Allí, Diego Rivera, que junto a  su esposa Frida Kahlo, pareja estrella del mundo del arte mexicano, convencerán al gobierno de ofrecerle asilo a Trotski. Allí se instala en una finca convertida en una fortaleza, rodeada de altos muros infranqueables y vigilada por guardas armados. En la mesa de Trotski siempre había un revólver y un botón de alarma para llamar a los guardaespaldas en cualquier momento.

Trotski sabía bien que su vida corría peligro, y a pesar de vivir en una finca-fortaleza con todo tipo de precauciones, ya antes había habido un intento de acabar con él. El 20 de mayo de 1940 apenas un año después de iniciada la Segunda Guerra Mundial y tras el pacto de Stalin con Hitler, Trotski sufría un primer atentado: el pintor comunista David Alfaro Siqueiros y agentes estalinistas tomaron por asalto la casa de Trotski, pero nadie resultó herido.

Trotski con su mujer y la artista Frida Kahlo. Fuente: Getty Images.

Al llegar la Segunda Guerra Mundial, empiezan a surgir rumores de un posible complot entre Inglaterra y Francia contra la Unión Soviética. Trotski junto con los ingleses, debería volver a Rusia para organizar un golpe contra Stalin. Por esa razón resultaba  mucho más peligroso en ese momento que en los diez años que había estado fuera del país.

Ramón Mercader en Cuba en 1977, con su medalla de héroe de la URSS.

Hubo que esperar hasta 1950 para establecer documentalmente lo que era un secreto a voces en los círculos comunistas: El descubrimiento puso en evidencia el complot de Stalin para acabar con Trotski. La madre de Mercader, Caridad Mercader sostuvo un romance con el jefe del Servicio de Inteligencia soviético en España, Naum Eitingon. Fue a él precisamente al que le encargaron eliminar al ´demonio de la Revolución´.

Ahora volvamos al momento del crimen. Una segunda versión dice que al entrar en el despacho de Trotski, Mercader dejó que Lev Davídovich avanzará unos pasos, y cerró la puerta con llave. Trotski entendió todo y se avalanzó hacia su escritorio donde guardaba un arma y disponía de una alarma para avisar a los guardas. Mercader rápidamente sacó el piolet de la gabardina y lo levantó con fuerza para dirigirlo hacia su víctima, al cual le dio tiempo reaccionar y se apartó hacia un lado, por lo cual la herida no resultó mortal en el acto. Por otro lado, se confirmó que la herida había sido provocada por el asesino, encontrándose de frente a su víctima, posiblemente premeditadamente, para que supiera quién le mataba. Con la pistola solo pretendía asustar a los guardas. No pretendía matar a nadie más y además, su madre y Eitingon le esperaban en un coche fuera de la casa, lo que quiere decir que Mercader pretendía salir huyendo de la fortaleza, pero no lo consiguió, lo detuvieron los guardas. Su madre y Eitingon, al comprender que no tenía sentido esperar más y que la situación empezaba a ser demasiado arriesgada, decidieron abandonar el país inmediatamente. 

Ramón Mercader fue liberado el 6 de mayo de 1960, fecha en la que abandonó México hacia Moscú. En 1974 logró el permiso para abandonar el país, instalándose con su mujer y sus hijos adoptivos en Cuba, donde había nacido Caridad Mercader. En enero de 1977, fue condecorado Héroe de la Unión Soviética al concederle la Estrella de Oro y murió un año más tarde de cáncer óseo en La Habana.

Pero... ¿cómo pensaba Mercader  salir de una fortaleza rodeada de una muralla infranqueable de piedra? 

Con un piolet...

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